21. Perfection

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—A este nivel no se si te caigo bien o mal.

—Si te odiara no estarías en mi habitación comiendo helado y viendo Harry Potter.

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Sigo sin saber cómo un golpe pudo juntarnos a Carter y a mi.

O sea, si lo supiera haría todo lo posible para pasar debajo de todas las canastas de baloncesto posibles

Si me lo hubieran dicho antes de llegar a Teivel no me lo habría creído, porque yo soy capaz de todo menos de confiar tanto en alguien como para darle mi corazón.

Pero a Carter le entregué mi corazón, mi vida, hasta le entregaría mi alma si me la pidiera.

Actualmente aún nos encontramos en la habitación de Aiden. Chase se quedó dormido encima de Carter, Jayden se rindió y apoyó su cabeza en mi pecho quedándose dormido casi de inmediato, Aiden sigue despierto con los ojos abiertos al límite diciendo todo el rato que el sueño es mental. Mientras que Carter ya se está quedando dormido.

—Aiden... Ya son las tres de la madrugada—me moví un poco colocando la cabeza de Jayden en mi regazo.

—Solo falta media hora, además ahora va a abrir la cámara secreta.

Carter se quedó dormido en ese instante apoyando su cabeza en el regazo de Aiden. Este último no lo apartó, todo lo contrario hundió su mano en el pelo de Carter comenzando a acariciarle sin apartar los ojos de la pantalla.

—Te puedes dormir también—dice aún sin dejar de mirar la pantalla.

—Nah, yo aguanto—aseguré acariciando el pelo de Jayden.

—Genial, ¿quieres más helado?—ofreció.

—Nunca le diré no al helado, Aiden. Y lo sabes de sobra.

—Toma—me pasó uno de los botes de helado y sonrió.

—Gracias—sonreí.

—¿Te confieso algo?

—Sorprendeme.

—Tom Riddle fue uno de mis crush cuando era pequeño—admitió.

—¡Es el señor sin nariz!

—Me da igual, de joven estaba bueno.

—Eso no le quita el hecho de que es el malvado.

—Te enamoraste se Carter teniendo en cuenta que es un bad boy. Me sorprende que en el cine y la literatura no te gusten.

—Si me gustan pero Tom casi mata a Harry miles de veces y según yo estamos aquí viendo Harry Potter para ser del bando de Harry.

—No le quita que este bueno.

—¡No te estoy diciendo que no esté bueno!

—Vale, vale. Relájate.

—Eres lo peor, Aiden.

—Gracias, yo también te quiero muchísimo, cuñada.

Yo resoplé y puse los ojos en blanco ante su respuesta automática.

La película terminó y Aiden solo pudo sorber su nariz porque estaba emocionado al volver a verla después de tanto tiempo.

Pero eran las cuatro de la madrugada y ninguno de los dos teníamos sueño mientras que Chase, Jayden y Carter creo que ya estarían por su sexto sueño en lo que llevan dormidos.

—¿Bajamos abajo?—sugerí apartando unos mechones de pelo de Jayden de su frente, seguía durmiendo y parecía un ángel con la pequeña sonrisa que tenía en los labios.

Un Beso LetalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora