9. Colourful world

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¿Qué es Carter para ti exactamente?

—Mi hermano—contesto con aquel orgullo que tanto caracteriza al mismo Carter—es mi hermano mayor.

————————

¿Hermano? ¿Mayor? ¿Carter?

—¿Carter?—cuestioné incrédula.

—Es el mejor hermano del universo—la pequeña asintió mientras señalaba una gran foto de ella misma, Carter y el chico pelinegro que aún no sabía de quien se trata. En aquella foto Carter se le veía realmente feliz, esa sonrisa era verdadera.

—Ya veo—musité paseando la mirada por la habitación y mirando a la pequeña, ahora que la miró de nuevo, me doy cuenta que realmente se parecen mucho—tienes los mismos ojos que el.

—Ah si…—la pequeña asintió—todos me lo dicen.

—Me gustan tus ojos—admití volviendo a ponerme de cuclillas frente a ella, es realmente muy tierna, aún no se cómo es que tiene la misma sangre de Carter...

—Me gusta el verde de tus ojos—añadió ella con una sonrisa extendiéndose por sus pequeños labios.

—Gracias—asentí con la cabeza aún mirándola con curiosidad—¿Cuántos años tienes?

—Pronto cumpliré 5 años—sonrió con orgullo.

—¿Cuándo es?

—Princesa ya regre…—Carter se detuvo en seco al reparar en mi existencia—ou… mierda.

—¡Carter!—chilló la pequeña corriendo hacia Carter el cual la cargó en sus brazos y la abrazó, por primera vez vi verdadera felicidad en sus ojos y en su sonrisa, digamos que es la primera vez que sonríe sin decir nada sarcástico que puede arruinarte la vida en dos microsegundos.

—¿Ya os conocisteis?—cuestionó mirando a su hermana aunque sentía como me echaba rápidas miradas de reojo a mi.

—Sí—la pequeña asintió con una gran sonrisa—de hecho tú novia me cae súper bien.

—Vaya, la que no quería que se supiera que estamos juntos—me susurró al oído con voz burlona.

—Vaya el que se la pasa hablando de mi.

—Reese—Carter hizo caso omiso a mis palabras y centro toda su atención en su hermana—Aída me dijo que no desayunaste.

—Es que no tengo hambre—musitó la pequeña encogiéndose de hombros.

—¿Qué se necesita para ser jugadora profesional de baloncesto?—cuestionó entonces su hermano.

—Fuerza y altura—contesto la pequeña como si se tratase de un lema.

—¿De dónde se obtiene de fuerza?

—Del gimnasio—al ver la expresión de Carter me mordí la lengua para no soltar una carcajada.

—De la comida—aclaró el mayor mientras la bajaba al suelo—si quieres entrenar hoy necesitarás fuerzas así que baja a desayunar.

—Esta bien—cedió finalmente.

—Muy bien—Carter abrazó a la pequeña y está salió de la habitación.

—¿Me desperté en un universo paralelo?

—Creo que si—suspiró—porque Reese casi nunca protesta y siempre desayuna.

—No me refiero a eso—conteste con obviedad—no sabía que eras así de cariñoso y gentil con alguien.

Un Beso LetalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora