21. Safe place

41 1 0
                                    

Sobre las cuatro y media de la madrugada apareció Carter en mi habitación recién duchado y con un botiquín de primeros auxilios.

—Tengo que limpiar tus heridas—musitó sentándose encima de la cama.

Yo dejé de secarme el pelo y me senté a su lado.

—¿Qué tal llevas todo esto?—le pregunté, mientras él se encargaba de limpiar las heridas de mis nudillos.

—No lo sé—admitió—. Lo último que me esperaba era ver a Tyler con vida.

—¿Cuántos años pasaron desde...?

—Mas de catorce—respondió, envolviendo mi mano con una venda.

—¿Y como te sentó ver que sigue vivo?

—Aliviado—admitió limpiando una herida que había en mi cuello—. Es raro volver a verle después de tantos años.

—Normal—murmuré—. A mi también me resultará raro si mañana aparece Bryce y me dice que sobrevivió a aquel accidente—repuse.

—Tú... ¿tú cómo te sentirías si Bryce siguiera vivo pero durante todo este tiempo te pensaste que está muerto?

—No lo sé—respondí—. Sería extraño y seguramente me enfade con él por no decirme que seguía vivo.

—Soy incapaz de enfadarme con Tyler.

—Lo se, a veces el enfado no es la solución a todo—me encogí de hombros.

Estuvimos en silencio unos momentos, consiguió limpiar todas mis heridas.

—¿Te puedes quedar a dormir aquí?—le pregunté.

Él me analizó con la mirada durante una fracción de segundos y asintió.

—Esta bien—aceptó.

Recogió todo y llevó el botiquín al baño que había en mi habitación.

—Puedes dormir sin camiseta si quieres.

—Nah, no te preocupes—negó.

Apagó la luz y ambos nos acostamos en mi cama.

—¿Estas bien?—me preguntó.

—Tengo miedo—admití.

Él se acercó a mí y me abrazó por detrás, apoyando su barbilla en mi hombro.

—No hiciste nada malo—susurró, entrelazando sus manos sobre mi estómago.

—Maté a John.

—Y el te violó dos veces, casi te mata y de alguna u otra manera fue culpable de la muerte de tus hermanos y tu madre.

—Bueno—murmuré en voz baja—. Pero me juré a mi misma que no bajaría hasta su nivel.

Carter se mantuvo en silencio durante unos instantes antes de suspirar.

—¿Te arrepientes?

Me lo pensé, lo pensé durante un largo rato y negué.

—No—respondí—. Estoy segura de que no me arrepiento de nada.

—Pues ya está—sentí como se encogía de hombros—. Lo único que hiciste fue tomar justicia con tus propias manos.

—Aún eso me siento mal de alguna u otra manera—respondí—. ¿Y si era buen padre con Liam?

—Eso no quita el hecho de haberte maltratado a ti—negó—. Si quieres podemos visitar a Liam algún día de estos.

—Vale—asentí.

Un Beso LetalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora