11. Blood

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Pasaron tres días y por fin pudimos llevar a Andrew a casa con nosotros.

Maya había desaparecido desde aquel día donde Alice me informó que intentaba manipular psicológicamente a Andrew para abandonarnos a mitad del camino.

—¡Feliz cumpleaños!—exclamó Alice emocionada.

Ah, y hoy es el cumpleaños de Andrew y también el de Maya.

—Felices veinte—Jayden le sonrió al castaño.

—¡¿Si ven?! ¡Ya es completamente ilegal!

—¡Qué te calles, Evelyn!—me gritaron todos menos Carter y Elisa quienes me observaron con el ceño fruncido.

¡Claro! Porqué no estaban enterados del asunto ni de broma.

—Jayden aún es menor—bufé.

—Pronto cumpliré los dieciocho, Eve.

—Los cumples en diciembre, Jake.

—Que te calles—bufó.

—Bueno, no vinimos a escucharte decir que es menor de edad—Aiden me lanzó una mirada asesina—. Feliz cumpleaños, cuñado.

—Gracias.

—Como le hagas daño a mi hermano te las veras conmigo, Russell—Aiden siguió sonriendo con total inocencia—. Te verás enfrente de un largo y tortuoso castigo donde no sabrás si ponerte feliz o cortarte las venas.

—¡Déjale en paz, imbécil!—Jayden le pegó un manotazo a su hermano.

—Encima que estoy asegurando tu estabilidad emocional—protestó Aiden ofendido.

—Mejor no lo hagas—aseguró Carter.

—¿Os trae recuerdos o que?—le pregunto observando a Elisa y después a Carter.

¿Acaso Elisa y Carter…?

—No.

—¿No que?

—¿En serio aún no te crees que solo salí con Riley en mi adolescencia?—Carter alzó las cejas.

—No es tiempo de peleas—Elisa nos miró mal a ambos—. Cumpleaños feliiiiz.

—Te deseamos todooos...—siguió Aiden, pues el pelinegro siempre aprovecha el momento donde puede sacar a relucir su voz.

—Cumpleaños feliz—canturreó Elisa junto a Alice.

—Cállate ya.

—¡Cumpleañooos feliiiiz!—canté yo.

—Lo bueno de esa canción es cuando la terminas, Evelyn—bufó.

—¡Te deseamos todos, cumpleaños feliz!

—¡Felices veinte!—exclamaron Aiden, Jayden y Elisa al unísono aplaudiendo.

—Gracias, de regalo tengo el hecho de no poder moverme—resopló el castaño observando su brazo escayolado.

—Mentira—contesté de mala gana yendo hacia mí habitación para sacar su regalo.

—¿En serio?

—Sí—contesté dándole las dos cajitas que tenía reservadas para él desde el primer día que nos reencontramos y me acordé de su cumpleaños.

—Aww, muchas gracias—sonrió al ver la caja llena de todo tipo de lápices, colores, carbono y otras cosas raras de las que yo no entiendo pero estoy más que segura de que tienen que ver con dibujo.

Abrió la segunda caja, la cual era más pequeña y se atragantó con su propia saliva.

—Que discreta eres, joder—bufó sacando la caja de condones.

Un Beso LetalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora