Un Beso Letal

3. Deadly club

—Despierta ya, Carter.

Su voz sonaba tan lejana pero a la vez le sentía muy cerca.

—Ahora es cuando necesito un hermano mayor. Estoy perdido, no se que hacer ni que camino tomar. Estoy cansado, Carter.

Quería abrir los ojos, decirle lo mucho que es importante para mí y poder darle consejos en lo que necesite. Pero no pude, no pude moverme ni un poco.

—Posiblemente ni me estes escuchando pero te necesito, hoy, aquí y ahora.

Quería decirle que si le escuchaba y si fuera por mí abriría lo ojos y no me iría de su lado jamás.

Esto es la peor tortura que existe.

Poder escuchar y sentir todo lo que hay a tu alrededor pero tú ser incapaz de moverte o siquiera abrir los ojos.

Me sentía inútil, me sentía como el peor hermano del mundo al ser tan inútil y no poder ayudar ni con una palabra.

—Tienes que despertar, Carter—sentí su mano envolverse alrededor de la mía.

Quiero despertar pero no puedo hacerlo.

—Aquí todos te necesitamos. El grupo está perdido sin ti, yo estoy perdido sin ti.

Yo también estaba perdido sin ellos.

—Evelyn también está perdida sin ti, al menos haz el esfuerzo de despertar por ella.

¿Evelyn?

¿Quién es Evelyn?

Evelyn Lodge.
Nueva York.

Después de pasarme casi toda la mañana durmiendo y recompensando las horas que no dormí anoche me fui hacia la cocina por un vaso de agua.

—¡Por fin despertaste!—exclamó Jayden bajándose de la barra y separándose de Andrew.

—¡Busquen una cama!—exclamé al ver que el cuello de Andrew tenía una marca rosada.

—Joder, te levantaste quejica, eh.

—Se levantó muy sola—comentó Jayden recibiendo un manotazo de mi parte.

—Encima que yo os ayude a los dos para llegar a este punto—bufé sacando un vaso del mueble y llenándolo de agua.

—¿Nos estás echando en cara lo que haces por nosotros?—Jayden abrió los ojos como platos de manera dramática.

—Al menos respeten mi corazón incompleto—mascullé dejando a un lado el vaso ahora vacío.

—Incompleto—repitieron ambos, se miraron y después me miraron a mi de vuelta—. Pobre cosita fea.

Yo abrí la boca con indignación y le proporcioné un golpe a ambos.

—Os odio con mi vida—gruñí alejándome hacia la sala.

—¡Evelyn!

—¡Vayan a follar y déjenme en paz! Gracias, inútiles.

—Tentadora la idea—contestó Andrew apoyándose en el marco de la puerta del salón.

—Jayden haz el favor de follarle la boca a ver si se calla—habló Alice de fondo.