15. Break

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-Y eso es lo que necesito yo-aseguró apretando con mas fuerza el balón-no necesito a nadie que venga a hurgar en mi pasado-su tono de voz se volvió más grave y su mirada más helada-no necesito a alguien vulnerable que quiera aferrarse a mi y ponerme como un punto de apoyo en su vida.

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-Aiden...-susurré en cuanto me contestó la llamada.

-Aiden Walter psicólogo a domicilio-le oí decir-¿Qué pasó?

-¿Puedes venir por mí? No creo que pueda pasar el resto del día aquí-admití mirando alrededor, ya nadie quedaba en el campus y solo faltaba una hora para que todas las clases terminasen. Intente aguantar pero realmente es imposible para mí seguir.

-Esperame en la cafetería, allí estaré dentro de poco. Ahora tengo hora libre después de todo.

-Esta bien... Gracias-suspiré cortando la llamada y caminé hacia la cafetería.

Percy se sorprendió un poco al verme entrar.

-¿No tienes clases?-cuestionó en cuanto me apoye en la barra, me sentía débil y sin ganas de seguir adelante.

-Si tengo-asentí-pero no voy a entrar.

-¿Estas bien?-cuestionó mientras sus ágiles manos se movían de un lado a otro preparando los pedidos de otros estudiantes que probablemente tengan hora libre ahora mismo.

-Sí-asentí.

-Tienes los ojos hinchados y rojos. Parece que lloraste hasta quedarte seca de lágrimas pero bueno-se encogió de hombros, entonces apareció el otro camarero. El calladito que siempre viste de negro y además nunca sonríe. Ese mismo.

-¿Qué te pongo?-me pregunto directamente a mi.

-Un latte-conteste al darme cuenta que Percy se alejaba para atender a otros estudiantes y me dejaba a solas con el otro chico.

-Pronto estará listo-aseguró para después alejarse.

El será alto, de ojos grises y cabello negro azabache. Tan solo su presencia era intimidante.

Pasaron unos cinco minutos y depósito mi pedido sobre la barra.

-Serán tres con cincuenta-anunció, yo saqué el dinero y se lo tendí.

-Este... ¿Como te llamas?-quise saber, el estaba libre ahora ya que Percy se estaba ocupando del último estudiante.

-Logan-contesto apoyándose también en la barra, me miraba con un poco de desinterés pero al menos no me dejó hablando sola-¿Y tu?

-Evelyn-sonreí a medias mientras le daba un sorbo al café.

-¿Por qué estabas llorando?

-No llore.

-Te vi cuando estabas en la pista de baloncesto-admitió-te seguí porque quería darte el cambio pero vi que estabais peleando a gritos y no quise interferir-admitió y con eso se agacho y saco cuarenta y cinco euros y me los tendió-pagaste un batido con cincuenta euros cuando valía cinco euros.

-Soy muy torpe a veces-reí-y la pelea... Si, nos peleamos-me encogí de hombros-y está vez dudo que haya arreglo.

-Que triste-suspiró pasándose una mano por su ya desordenado pelo-pero es un Cavalier, ¿que te esperas?

-No sabes cuántas veces escuché esa frase-admití-tan solo quiero saber que hizo-me encogí de hombros.

-¡Logan!-Percy le llamó-ayúdame con esto.

-Me tengo que ir, fue un placer conocerte-por primera vez sonrió y se alejó.

Vaya... no es tan intimidante ahora que hable con el. Sinceramente pensé que me dejaría allí hablando sola o me echaría de la cafetería una vez que recibiera mi pedido.

Un Beso LetalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora