-Y eso es lo que necesito yo-aseguró apretando con mas fuerza el balón-no necesito a nadie que venga a hurgar en mi pasado-su tono de voz se volvió más grave y su mirada más helada-no necesito a alguien vulnerable que quiera aferrarse a mi y ponerme como un punto de apoyo en su vida.
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-Aiden...-susurré en cuanto me contestó la llamada.
-Aiden Walter psicólogo a domicilio-le oí decir-¿Qué pasó?
-¿Puedes venir por mí? No creo que pueda pasar el resto del día aquí-admití mirando alrededor, ya nadie quedaba en el campus y solo faltaba una hora para que todas las clases terminasen. Intente aguantar pero realmente es imposible para mí seguir.
-Esperame en la cafetería, allí estaré dentro de poco. Ahora tengo hora libre después de todo.
-Esta bien... Gracias-suspiré cortando la llamada y caminé hacia la cafetería.
Percy se sorprendió un poco al verme entrar.
-¿No tienes clases?-cuestionó en cuanto me apoye en la barra, me sentía débil y sin ganas de seguir adelante.
-Si tengo-asentí-pero no voy a entrar.
-¿Estas bien?-cuestionó mientras sus ágiles manos se movían de un lado a otro preparando los pedidos de otros estudiantes que probablemente tengan hora libre ahora mismo.
-Sí-asentí.
-Tienes los ojos hinchados y rojos. Parece que lloraste hasta quedarte seca de lágrimas pero bueno-se encogió de hombros, entonces apareció el otro camarero. El calladito que siempre viste de negro y además nunca sonríe. Ese mismo.
-¿Qué te pongo?-me pregunto directamente a mi.
-Un latte-conteste al darme cuenta que Percy se alejaba para atender a otros estudiantes y me dejaba a solas con el otro chico.
-Pronto estará listo-aseguró para después alejarse.
El será alto, de ojos grises y cabello negro azabache. Tan solo su presencia era intimidante.
Pasaron unos cinco minutos y depósito mi pedido sobre la barra.
-Serán tres con cincuenta-anunció, yo saqué el dinero y se lo tendí.
-Este... ¿Como te llamas?-quise saber, el estaba libre ahora ya que Percy se estaba ocupando del último estudiante.
-Logan-contesto apoyándose también en la barra, me miraba con un poco de desinterés pero al menos no me dejó hablando sola-¿Y tu?
-Evelyn-sonreí a medias mientras le daba un sorbo al café.
-¿Por qué estabas llorando?
-No llore.
-Te vi cuando estabas en la pista de baloncesto-admitió-te seguí porque quería darte el cambio pero vi que estabais peleando a gritos y no quise interferir-admitió y con eso se agacho y saco cuarenta y cinco euros y me los tendió-pagaste un batido con cincuenta euros cuando valía cinco euros.
-Soy muy torpe a veces-reí-y la pelea... Si, nos peleamos-me encogí de hombros-y está vez dudo que haya arreglo.
-Que triste-suspiró pasándose una mano por su ya desordenado pelo-pero es un Cavalier, ¿que te esperas?
-No sabes cuántas veces escuché esa frase-admití-tan solo quiero saber que hizo-me encogí de hombros.
-¡Logan!-Percy le llamó-ayúdame con esto.
-Me tengo que ir, fue un placer conocerte-por primera vez sonrió y se alejó.
Vaya... no es tan intimidante ahora que hable con el. Sinceramente pensé que me dejaría allí hablando sola o me echaría de la cafetería una vez que recibiera mi pedido.
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Un Beso Letal
RomanceDos personas. Un pueblo. Un secreto. Un sentimiento. Y no es exactamente el amor, es el odio. Una vida llena de luces y energía mientras que la otra está llena de oscuridad y secretos. ¿Un golpe puede juntar a dos personas que principalmente se odia...