23. Treat you better

33 1 0
                                    

Ninguno de ambos es el problema.

O quizá el problema sea yo, pero Carter desde luego que no es el problema.

—¿Por qué?—repitió.

—Ya no te amo—se me formó un nudo en la garganta al pronunciar aquellas palabras.

—Esto no es un juego, Lodge—negó dando varios pasos atrás—. No es un juego entrar en la vida de alguien, darle un giro de ciento ochenta grados y después irte como si nada.

—Sigues amando a Riley, Cav—le observe expectante—. No nos engañemos, por favor. Tú y yo sabemos que aún tienes sentimientos por aquel chico.

Él parpadeó observándome aún más confundido.

—¿Riley?—frunció el ceño—¿Es lo único que se te ocurre?

—Es la verdad—repuse tratando de sonar segura—. Y ya no te amo, Cavalier.

Te sigo amando con mi vida, Nicolás.

—Hice todo lo posible para recordarte. Recordar cada pequeño fragmento donde aparecías—comenzó diciendo—. Y una vez que te recordé por completo, ¿en serio vienes a decirme que ya no me amas? ¿En serio caes tan bajo, Lodge?

—¿Que ya recor...?

—Sí, Lodge, sí—me interrumpió—. Te recordé por completo, y adivina qué—me observó fijamente—hace rato volví a sentir el mismo dolor punzante que sentí aquella noche.

Perdón...

—No fue culpa mía—repuse cruzando mis brazos a la altura de mi pecho—. No te pedí que me amaras.

Rió irónicamente negando con la cabeza.

—Es que eso no es algo que se pida, Lodge—negó nuevamente.

—Es que...—pensé en cuál sería la razón por la que realmente causare que él se aleje—. Piensas más en ti mismo que en nuestra relación.

—¿Cómo?—frunció el ceño.

—Fuiste egoísta, Carter, esa es la única
realidad—solté.

—No—negó—. No soy egoísta, Evelyn.

—Lo eres, te lo aseguro. Pero te cuesta verlo.

—¡No soy como él!

Te aseguro que no lo eres.

—Te comportaste como él en algún que otro momento—murmuré.

—No—negó de nuevo—no digas eso, por favor.

Perdón...

—Hasta aquí llegamos, Cav—mi voz tembló.

—Mientes—musitó clavando sus ojos en los míos—. Tienes un tic en el ojo cuando mientes. ¿Por qué haces todo esto? Hace rato estábamos bien.

Tarde o temprano iba a darse cuenta de mis mentiras.

—Me enamoré de Ardian—solté sin pensarlo dos veces.

—¿Cómo?

—Sí—asentí con indiferencia.

—¿Por qué...?

—No tengo porque darte explicaciones sobre absolutamente nada—le interrumpí—. Es por ahora solo un sentimiento y por respeto hacia ti no puedo seguir contigo amando a otra persona.

—Respeto—soltó una carcajada llena de ironía—. ¿Recién ahora te da por sentir respeto hacia nuestra relación?

—Ya no hay relación—negué—. Y creo que es mejor que te vayas, no perteneces a la segunda división.

Un Beso LetalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora