Desperté al sentir los primeros rayos del sol apuntando mi rostro.
Fruncí el ceño abriendo un solo ojo y miré alrededor, al lado de la ventana estaba Carter mirándome con una sonrisa angelical.
—Buenos días.
—¿Por qué mierda subes la persiana, Cav? Necesito dormir más.
—Arriba—se cruzó de brazos observándome con seriedad.
Volví a cerrar el ojo que había abierto y resoplé.
—No.
—¡Arriba!
—¡No chilles!
—¡Y tu cállate y levántate ya!
—¿Por qué mierdas tengo que despertarme tan temprano hoy?
—Tienes clases y además hoy nos mudamos.
—¿¡Qué hay clases!?
—Es miércoles—contestó con obviedad.
—No pienso ir a la uni—negué, incorporándome en la cama.
—Dios mío que rebelde te volviste últimamente, joder.
—Habló el líder de una banda—resoplé poniéndome de pie.
—¡No somos una jodida banda!
—Matáis gente—repuse con cansancio recogiendo mi cabello en una cola de caballo alta.
—Jamás hemos…
—¿Eh? ¿Decías algo?
—La primera y última vez que matamos a alguien fue por justicia.
—También empezáis peleas.
—Son en busca de justicia.
—¿Y el club de lucha subterráneo que?
—Ese fue un error técnico—bufó arrugando la nariz.
—Para ti todo es un error técnico, Cavalier—murmuré observando mi clóset, saqué una camisa a cuadros roja, una camiseta negra y unos vaqueros anchos de color azul.
—Todo no—aseguró.
—Vale, ¿puedes salir? Me tengo que cambiar.
—Evelyn, ya conozco cada centímetro de tu cuerpo.
—Me la pela—contesté—. Sal.
—No confío en ti.
—¡Prometo no volver a dormirme!
—No te creo.
—Te lo juro, solo me cambiaré de ropa. No me dormiré de vuelta.
—Como te duermas te despierto a puñetazos.
—Violencia de género—repuse mirándolo mal.
—Que va, sería maltrato animal.
—Gilipo...
—Vale, ya estás completamente despierta. Ahora sí, vístete y ven a desayunar—sonrió antes de besar mi frente y desaparecer cerrando la puerta detrás de él.
—Que puta pereza—gruñí comenzando a vestirme.
—¡Deja de quejarte!—escuché su grito desde el salón.
—¡Y tu deja de escucharme!
—¡Es inevitable cuando te estás quejando a gritos!
—Cállate—bufé intentando atar los cordones de mis botines negras con un poco de tacón.
ESTÁS LEYENDO
Un Beso Letal
RomanceDos personas. Un pueblo. Un secreto. Un sentimiento. Y no es exactamente el amor, es el odio. Una vida llena de luces y energía mientras que la otra está llena de oscuridad y secretos. ¿Un golpe puede juntar a dos personas que principalmente se odia...