Estoy tan feliz que nada ni nadie puede arruinar mi momento.
— Roxana, te buscan en recepción — me dice mi secretaria.
-— Dijo nombre.
--— No.
Me levanto de la mesa y salgo de mi oficina para encontrarme con la persona que me busca.
Al salir del elevador veo una chica delgada y de cabellos rubios .
--¡No puede ser!-- exclamó
Ella voltea y me mira. Tiene una extraña expresión en el rostro. No sé si es melancolía, tristeza, o solo quiere hacerse la víctima una vez más.
-— ¿Se puede saber que quieren ustedes dos de mi?— le pregunto enojada.
-— Disculpa, no se de qué hablas —- se hace la ofendida.
— ¡En serio!— enarcó una ceja—. Su descaro me tiene al límite. Es algo que me pone de los nervios.
-— Yo solo vine a disculparme contigo por lo que provoque en su boda, nada más, no quiero causar molestias—- pone cara de culpa.
Y claro que tiene culpa. Arruinó el mejor día de mi vida. Nunca los voy a perdonar.¡ Nunca!.
-— Ya es muy tarde para eso. Pero sabes; te doy las gracias. Es lo mejor que haz hecho en tú vida—- balbuceo.
Ella me mira asombrada.
-— Las gracias. ¿Por qué?.
-— Porque me mostraste la verdadera cara del hombre con el que iba a casarme. Le quitaste la máscara delante de todos, su engaño acabó y todo gracias a ti-— aplaudo con cinismo.
--— Él me abandono, no le importamos ni su hijo, ni yo. Sólo piensa en él mismo, los demás no contamos en su vida-— me cuenta con melancolía.
-— Lo siento, pero cada quien recibe lo que se merece, tú misma te buscaste tú propio castigo.
Viro mi espalda y me marcho de ahí.
Siento un gran vacío en mi pecho después de haber dicho todo lo que llevaba tiempo guardado.Me siento relajada, feliz, todo esta volviendo a su lugar. Cada cosa cae por su propio peso, así es la vida.
«El karma existe».
Estoy tan entretenida escribiéndole a Elena que no me doy cuenta de la persona que viene caminando en frente mío.
-— Bonita, mira por dónde vas.
Subo la vista con mala cara mientras mis ojos recorren el atractivo cuerpo que tengo delante. Hombros anchos, abdomen plano y seguro que muy bien definido, traje negro azulado impoluto y unos ojos que me dejan sin aliento. « Madre mía, ¡qué calor!».
-— Disculpa...—- enarco una ceja sin demostrarle lo fascinada que he quedado al verlo.
-— No puedes escribir y caminar al mismo tiempo, hace que choques o tengas un accidente. No crees-— me mira con ojos penetrantes.
-— Eso no es problema tuyo-— respondo detallando lo otra vez con la mirada.
-— Solo te doy un consejo, no lo toméis a mal. El mal genio no queda bien en una mujer tan bella-— sigue con su coqueteó.
-— Por dios . No te he pedido ningún consejo —- mi voz va cambiando de tono. Me molesta su arrogancia-—. Además ¿En qué departamento trabajas?. No te habia visto por aquí.
-— Soy nuevo, estoy conociendo el lugar—-responde con calma.
-— ¡En serio!. Pues te aconsejo que no te acomodes mucho. Porque por mi parte, te quedan horas aquí, o mejor dicho, segundos-— le advierto.
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Mujer De fuego
RomanceA veces la vida juega a nuestro favor, y otras en contra. O simplemente debemos aprender a jugar su juego. Un juego que nos puede hundir, o tal vez ayudarnos a salir a flote sin llegar ahogarnos. Roxana aprendió a jugar y no habló del basquetbol o d...