Atrapada

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Roxana.

No soportó que Camilo me toque, el simple hecho de aguantar su presencia es mucho que decir. Si por un segundo piensa que lo voy a perdonar esta muy equivocado. He perdido la confianza de mi tío, hasta lo que empezaba a sentir por Brayan y todo por su culpa.

Pero no voy a perder mi dignidad ni las ganas de ser feliz, eso nunca me lo podrá quitar, no se lo voy a permitir.
Ahora me tiene atrapada, pero no va a durar para siempre. Puede ser que al final me quedé sola, pero de lo que si estoy segura es que  él será quien lo pierda todo.

Camilo se marcha después de hacerme la noche un tormento, fingir amor y sentimientos que no tengo es algo que me destrozada. Subo a mi habitación agotada y cansada de tanto teatro, me acuesto en la cama observando el techo, tomo mi móvil y busco su número. Su nombre aparece en la pantalla « Brayan». El nombre de la persona que amó y al que le hecho daño. Sé que mis palabras lo lastimaron. A lo mejor nunca me perdone. Lo hecho, hecho está, y no hay vuelta atrás. De alguna manera tenía que apagar el fuego que existía entre los dos, no podía seguir dándole largas a esa atracción que nos estaba cegando. Sigo mirando como una idiota la pantalla del móvil, como si él pudiese salir de allí en cualquier momento.

«¿ Qué estoy haciendo?».
« Él se veía tan feliz a su lado»
«Todo es una mentira, mi vida es una total mentira».

Dejó caer mi mano encima de la cama dejando que mis dedos se despojen del teléfono. Cierro mis ojos y una lágrima se escapa de mis ojos. Derrotada, puede ser.

— ¿En qué piensa mi niña? — musita mi tío mientras camina hacia mí cama.

— En nada... solo trabajo y más trabajo— me incorporo de inmediato. Lo que menos quiero es que vea la verdad que tanto trato de ocultar.

— Hija, sabes que puedes contarme lo que te ocurre.

Asiento con la cabeza, él se sienta a mi lado y yo recuesto mi cabeza en sus pies, mientras él acaricia mi cabello.
Se siente tan bien, tan reconfortante.

— Gracias, tío.

— ¿ Por qué me das las gracias, mi niña?.

— Por quererme tanto y, apoyarme a pesar de todo— levantó la vista dirigiendo mis ojos hacia su mirada. Una mirada tranquila y pausada.

— Eres mi mayor tesoro, como no quererte. Después de la muerte de mi hermana tú eres todo lo que me recuerda a ella, sus mismo ojos, su misma expresión cuando te enfadas, hasta cuando sonríes. Te pareces mucho a tú madre.

De mis ojos cae otra lágrima, a veces me cuesta tanto recordar su rostro, la mayor parte del tiempo está borroso y no quiero que eso ocurra. La necesito tanto, si supiera cuanto. Estoy tan agotada que me quedo dormida en las piernas de mi tío, como cuando era niña y tenía miedo a la oscuridad de la noche, y él me protegía de mis propios temores.

Llega la mañana y me despierto llena de energía, conversar con mi tío anoche levantó mi estado de ánimo.
Tomó una ducha y me visto, cuando estoy bajando la escalera escucho voces en el comedor.

— ¿Quién habrá venido tan temprano?.

Mi pregunta obtuvo su respuesta al instante. Al entrar al comedor observo a mi tío conversando con Paola y su «hijo».

«¿ Qué hace él aquí?

-- Buenos dias mi vida, te gustó la sorpresa.

Frunzo el ceño al escucharlo, pero sonrió educadamente.

— Paola... Brayan.

— Hola querida, tú tío nos invitó a un pequeño desayuno-— me dice mientras me siento junto a él, justo en frente de Brayan, quien no articula palabra.

Mujer De fuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora