Fuego en el corazón

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Hoy, todo está tan bello. Siempre soñé con este día, la felicidad se desborda dentro de mi, la siento fluir en mis venas, nada puede salir mal. Hoy, no.
Estamos mi tío, y yo, esperando para entrar. Él me toma del brazo y me da unas palmadas, su mirada es de una rotunda felicidad. Lo miro con los ojos cristalizados, trato de no mostrar mis nervios. Pero estoy que muero por dentro, de alegría claro.

-—¿Lista?-—  pregunta.

Yo asiento con la cabeza. Camino segura de mi decisión aunque mis pies tiemblan.
Al llegar a la puerta de la enorme iglesia, los invitados se levantan y voltean al vernos . Vamos despacio, hacia mi destino.

Todo está hermoso, decorado en blanco tanto los lazos como las cintas de satín que cuelgan en los asientos de la iglesia y los ventanales. El ramo con flores es de un color rosa claro, con un perfecto decorado .

Mi vestido blanco tiene un abierto en la espalda en forma de corazón que llega hasta la cintura y de ahí sale una gran cola que arrastra al piso.
El frente del mismo lleva un arreglo con puntas, nada llamativo. No me gusta lo extravagante. Con decirles que lo diseñe yo misma.

Mi mirada va directo a él . Al hombre que me espera en el altar.
Se ve tan guapo con ese traje . Todo un Dios. «Mi Dios».

Me toma del brazo y me pongo a su lado. Nuestras miradas se cruzan por un breve momento, un momento único e inolvidable. Un momento que guardaré para siempre en mi corazón, y en mi mente.

« Él es todo lo que necesito».

El cura empieza hablar. Todos escuchamos en silencio. Palabra por palabra, sin omitir un solo punto. Toma las alianzas en sus manos y prosigue.

-—Señor Del Monte , acepta por esposa a la señorita González-— le pregunta el cura al hombre de mi vida.

-—Si, acepto—- responde con una sonrisa en los labios.

—-Señorita González, acepta por esposo al señor Del Monte—- la pregunta ahora va dirigida a mi.

-—Si, acepto -— respondo de la misma forma.

—-¿Si hay alguien que se oponga a esta unión, que hable ahora o calle para siempre?.

Dice el cura mirando a todos los invitados.

Nada... Silencio. Nadie pronuncia palabra, y es que no existe motivo, él es un hombre sincero y siempre me a demostrado su fidelidad. Bueno, eso pensaba hasta que una chica rompe este aterrador momento. Y algo dentro de mi se destruye.

-— ¡Yo me opongo!-— grita desde la entrada.

La jóven viene con un niño  en brazos. Todos giran para ver a la persona que se opuso al compromiso.
Mis manos tiemblan, ¿ que está pasando?..., ¿quién es ella?...
La rubia camina hacia nosotros decidida, sin miedo, con pasó firme.

-—¿Cuál es el motivo de su oposición?—- pregunta el cura.

Ella nos mira y después observa a su niño con dulzura.

-—Señor cura, este hombre que está enfrente suyo a engañado a esta mujer por años...—- hace una pausa—- conmigo -— le dice apuntando a Camilo.

Yo me paralizó, no sé que decir. Buscó en su mirada respuestas, pero no sé inmuta a mirarme. Quisiera desaparecer, estoy siendo humillada por una traición delante de cuarenta personas, amigos, familiares y conocidos. Mis sueños, ilusiones, todos nuestros planes juntos fueron destruidos en segundos. Como he podido vivir engañada todo este tiempo, se a reído de mi... en mi propia cara. Donde está el amor que decía sentir, todas las promesas que una vez me hizo.¿Donde quedó todo eso?. Hechos añicos, destruidos y botados a la basura, como si nunca hubieran existido.

Mujer De fuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora