Mi secreto

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Camilo.

Amalia, entra en mi oficina con una sonrisa
radiante, una botella de vino tinto en una mano y dos copas en la otra.

— ¡Felicidades! Al fin lograste separar los Tortolitos. Bien hecho — me dice poniendo las copas y la botella de vino encima de la mesa.

Me levantó del sillón y voy a su encuentro a la vez que aplaudo con las dos manos.

— Solo hemos dado un pequeño avance en todo esto, algo mínimo , nada más— repone.

— Separarlos no es suficiente— afirmó.

Quiero que le quede bien claro. Solo hemos ganado una partida, pero no el juego.

— Pienso lo mismo— musita  Amalia, mientras sirve el vino— hay que hundir los, humillar los y si es posible que lo pierdan todo.

— La última parte está casi lograda, entrar a la empresa es algo que no imaginaba. Ahora, es diferente, puedo hacer de las mias sin que nadie sepa de mi existencia— espetó.

— No entiendo — ella me mira confundida y sorprendida a la vez— me puedes explicar.— Se cruza de brazos y posa toda su atención en mi

— Pues claro. Un buen amigo mío me debía un gran favor por lo que fui a verlo, conversamos por un largo rato y llegamos a un acuerdo. Él chico, es el nuevo socio del gran Miguel Martínez Vizcaíno es decir, yo ordenó; y él cumple.  Por lo que puedo hacer y deshacerse sin que nadie sepa que yo estoy detrás de todo esto.

— Ingenioso, pensé que no tenias cerebro; pero me equivoqué — me dice con sarcasmo.

— Tengo más cerebro que muchos, solo he aprendido a usarlo en el  momento adecuado.

—¡ Pues te estabas tardando!.

— Y ya que me exiges tanto. ¿Qué vas hacer ahora que tú suegra sabe la verdad y la tienes de tú parte?— me quedo a la espera de su respuesta.

— Seguir siendo la víctima, la chica traicionada y engañada por su novio. Lloro, lloro mucho cada noche, es más, ni duermo, las bolsas debajo de mis hermosos ojos me delatan — suelta una carcajada que hace que toda mi piel se ponga china.

— Eres una chica mala— le digo mientras brindamos.

— Somos corazón..., somos.

Solo hay que ver lo que es capaz de hacer una mujer despechada, porque enamorada lo dudo mucho, pero yo aprovechó las oportunidades que se ponen frente a mi y ella, es una de esas que no puedes dejar pasar.

Es tanto el odio que lleva en su corazón que es capaz de mover montañas por tener a su lado al estúpido de Brayan, aunque en la vida real no sienta absolutamente nada hacia él, pero el capricho es tan fuerte que le impide ver la verdad.

Tomamos unas cuantas copas, se marcha y me deja saber cuando nos volveremos a ver. Dirijo la mirada a la pantalla de mi teléfono:

— Todavía no tengo noticias tuyas, Roxana— susurro mirando el aparato—. Por hoy,  dejémoslo así. Solo por hoy, te voy a dejar en paz.

Tiró el móvil a un lado y continúo con mi trabajo.
Después de una larga jornada, salgo de la oficina y  manejó directo a  un bar.  Distraerme es mi única opción por el momento.

El lugar está bastante animado, no es un bar cualquier, por su fallada parece un lugar decente y lo es, pero en su interior es completamente diferente. El exterior esta lleno de mesas  adornadas con un pequeño bucaro con flores. En la barra hay todo tipo de bebidas, los cristales de las ventanas le brindan al lugar un toque de romanticismo al dejar entrar  el reflejo de la luna a través de ellos.
Pero en el fondo de este local agradable,  a la vista de todos  se esconde de tras de una cortina de seda roja; una puerta que te introduce a un mundo diferente y lleno de sexo ( un mundo desconocido para muchos). Tienes que pagar un buen dinero si quieres entrar a este lugar.  Aquí, la decoración es diferente: las luces son tenues, existen varias mesas pequeñas para dos personas, una gran barra llena de licores,  un poco mas alejados de las mesas cómodos sofás de cuero negro, y en el centro un pequeño escenario. Las mujeres semi desnudas se pasean por toda la habitación bastante grande diría yo, algunas acompañan a los clientes, otras sirven las bebidas, bailan con erotismo en el tubo y nos brindan el placer que vinimos a buscar. Sexo y más sexo.

Mujer De fuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora