Al acecho

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Han pasado tres días desde nuestro encuentro . Y aunque no quiera pensar en ello, mi  mente me juega malas pasadas de vez en cuando. Anhelando poder estar en sus brazos de nuevo. Cada noche aparece en mis sueños, los invade, se apodera de ellos y cada mañana amanezco con ganas de hacerle el amor aunque en mis sueños nuestros encuentros arden en las llamas de la pasión. Joder, es que amanezco toda mojada y no precisamente de sudor. Es la primera vez que experimento sueños húmedos y la verdad, son fantásticos.

— Te noto algo distraída. Te encuentras bien— me susurra Paola mientras almorzamos en la cafetería.

Me baja de la nube en la que me encuentro y caigo de lleno en mi realidad, muy diferente a lo que en verdad quisiera. Qué quiere que le diga, que todas las noches su hijo viene a mis sueños y me hace el amor de una forma loca y desenfrenada, con el mejor morbo que pueda existir. Que estoy colada hasta los putos huesos por él. Qué me es casi imposible no pensarlo. Qué respiró, como y duermo de milagro. Pero... Es que  ni muerta le puedo contar lo que tuvimos su hijo y yo. Y mucho menos de mis sentimientos hacia él. A pesar de ser como una madre para mí, nunca la pondría en una situación así, no se si sería capaz de entender por lo que ambos estamos pasando. Es que ni yo misma lo entiendo, como lo va a entender ella. Así que solo queda mentir.

— Estoy algo cansada. Pero poco a poco me estoy recuperando — espetó.

— Lo sé mi niña, has pasado por momento duros, y todo por culpa de ese cretino. ¿No te a buscado más?

— No— respondo mientras tomo un sorbo de vino tinto—. Seguro se dio por vencido.

— Menos mal, porque su actitud me empezaba a preocupar. Esa obsesión nunca conlleva a nada bueno.

— Lo sé, por eso trató de evitarlo y no cruzarme en su camino— le digo.

— Haces bien, querida— sonríe.

Terminamos el almuerzo sin comentar más nada del asunto. Solo hablamos de moda y mis diseños en el mercado. Al parecer se estan volviendo muy popular entre las  jóvenes. Me alegra enormemente que por lo menos en mi trabajo la suerte sea diferente, la vida me sonrie de forma distinta a lo que una vez imaginé, quien lo diría, afortunada en los negocios, desgraciada en el amor.

Volvemos a nuestras oficinas inmersas en nuestro gran mundo. Me encanta el diseño, la magia que puedes crear con un trozo de tela. Cada pieza es única y especial, reflejan mis emociones y estados de ánimo, mis secretos más oscuros, todo lo que una puede llevar por dentro, muchos lo plasman en papel hecho poesía, yo lo dejó plasmado en un trozo de tela que se transforma en algo maravilloso, fácil de describir y de apreciar.

Al parecer lo único bueno que saque de mi ruptura fue un gran despliegue de innumerables ideas listas para volverse conocidas en el mundo entero, por así decirlo de algún modo.

Me encuentro trabajando en algo nuevo cuando suena mi móvil. En la pantalla aparece un mensaje.

« Necesito verte otra vez, no sabes cuánto te extraño.»

Busco con la mirada pero no veo al hombre que a roto mi paz y tranquilidad, y a puesto mi vida de cabeza.
                                        ¿Dónde estás?.

Toma unos segundos y responde.

Cerca de ti, y a la vez tan lejos de tus labios. Muero como un idiota por volver a probarlos, me estas matando poco a poco con tus encantos.

Le escribo rápidamente

                                 Me tomas el pelo.

Para nada, solo te digo
lo que siento,
mi dulce tormento.

Mujer De fuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora