¿Y si te pierdo?.

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Camilo

Al entrar en la oficina de Roxana no pude pasar por alto la mala cara que puso su mejor amiga Elena. Esa mujer es un peligro, desde que pasó ese suceso en la boda no me soporta, y ahora menos que Roxana no recuerda y me tiene como el amor de su vida. Y yo feliz, al fin podré tener todo lo que quiero, la mujer que amo y su empresa.

Raúl me informa a diario de los avances que tenemos. Mis cuentas bancarias van en aumento mientras que las de mi amor y su tío disminuyen sin darse cuenta. No saben lo que voy a disfrutar cuando los derrote, cuando compré hasta la última de sus acciones, par de ingenuos. Ja, siempre me salgo con la mía.

A sido placentero ver la cara de Roxana cuando le informé que ya está casi lista la boda.¡ En una semana me caso!. Ni yo mismo me lo creo. Pero bueno, así es la vida y todo vuelve a dónde debe estar. Lo único que me apena y de cierta manera ella misma se lo buscó fue lo ocurrido con Amalia, pobre, los celos y su obsesión no la llevaron por buen camino, se cegó tanto que solo pensó en el daño que le podría ocasionar a Roxana, sin pensar en ella misma. Cosa que espero nunca me suceda.

El día a sido largo y muy ocupado, las reuniones no paran y un terrible dolor de cabeza me provoca jaqueca.
Son casi las ocho de la noche. En la oficina no queda nadie, solo el guardia de seguridad haciendo su ronda. Ya terminado todo el maldito papeleo es hora de relajarme  por lo que me aflojó el nudo de la corbata y me de sago del  saco quedándome solo con la camisa, para estar totalmente cómodo arreglo las mangas hasta la mitad del codo. Estoy cansado y con ganas de tomar un trago para luego irme a la cama.  Así que recojo algunos pendientes y me retiró. De camino al elevador mi móvil suena.

-—¿ Qué quieres ahora?-—  gruño de mala gana. No entiendo porque está mujer me enfurece. El simple hecho de saber que existe ya me enoja.

—-Nuestro hijo está enfermo-— su voz se escucha temblorosa.

-— Llévalo al doctor-— contestó a secas. Abro la puerta del coche, tiro el maletín en el asiento del acompañante y me siento frente al volante.

-— Ya lo hice, gracias por la recomendación. Pero no deja de preguntar « por su padre»—- las últimas palabras las arrastra con tono enfurecido.

-—Estoy cansado, agotado como para hacerme cargo de un niño enfermo—- resopló.

-— Solo te pido que vengas y le des un beso. Nada más.

—-¡ Okey!. Con tal de que me dejes en paz-— le cuelgo y enciendo el coche. Lo que menos quiero es ver a esos dos, pero hagamos un esfuerzo.

Llegó a la casa y subo directo a la habitación de mi hijo. Mi corazón se encoge al verlo acostado en su cama, con sus ojitos apagados. Al verme su rostro se ilumina y de sus labios una sonrisa se forma.

-— Hola mi príncipe —- me acercó y le beso la frente.

-—¡ Papi!—- abre sus bracitos emocionados y me recibe con un abrazo.

—- Mi pequeño está enfermito-— le tocó la punta de la nariz.

-— Tengo tos- y de su garganta sale un pequeño quejido.

—- Verás como mañana ya estás mejor. Pero para que eso ocurra debes tomarte todos los medicamentos que mandó el doctor-— le acaricio su enmarañado cabello.

Mi niño hace una mueca de desagrado.

-— No me gusta—- protesta.

-— Lo sé. Pero para que te sientas mejor y puedas ir a jugar debes tomar el medicamento -— le digo con voz suave.

Sus gestos hacen que quiera protegerlo, su mirada tierna y dulce rompen todas las barreras que me pongo para no abrirle mi corazón, cosa que se me hace imposible cuando lo tengo frente a mi. Puedo parecer duro y frío como el hielo, pero él, él hace que este iceberg se derrita ante su presencia. A veces me pasó semanas sin venir a verlo. No quiero encariñarme ni con él, ni con nadie. Sé que no tiene culpa de mi error por no a vernos cuidado, pero, es tan difícil para mí abrirle mi corazón. Entonces, él llega con esos grandes ojos color café, y me mira con esa inocencia que todos tenemos de pequeño dejándome ver cuánta falta le hago, cuando pronuncia un « papá », o un « te amo», es como volverme a sentir querido, vivo.

Mujer De fuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora