Amalia.
-— ¡Estas loca! ¡Me tienes arto... Lo sabes! -— Enrique, me grita enfurecido.
Yo solo lo observo cruzada de brazos.
—- Y que esperas que hicieras. Dejarlo todo... Así como así. -— Enarco una ceja—-. Ni en sueños —- recalco en mis palabras.
-— Hasta cuando vas a seguir con esta estupidez. Al principio te seguí el juego, y mira como todo acabó —- lleva sus manos a la cabeza-—. ¡ Es qué no estoy preso de milagro! Y lo peor; es que eso a ti no te importa-— me señala con su dedo índice.
Camino a uno de los asientos de la Sala y me acomodo en ellos. Cruzó mis pies y lo observó con detenimiento.
-—En serio -—le digo.
-—Pues si. Lo digo en serio.
-—Ahí está la puerta. Puedes irte cuando quieras. No te detendré.
Él aprieta sus labios y camina hacia mi.
-— No vez que nada de lo que hagas los va a separar. Solo te estas haciendo daño... Y de paso, a mi también-— se arrodilla frente a mi.
Me acercó al hombre que tengo en frente. Al hombre que solo he usado para mis antojos. Pobre iluso, no se como pudo pensar que alguna vez lo podria amar. Los hombres se vuelven estúpidos cuando les gusta una mujer, pierden la cabeza y el control de sus acciones, y eso lo supe usar a mi favor. ¡ Amor!, madre mía, el único amor que siento es hacia mí y hasta ese ya lo estoy perdiendo. Después de rebajarme tanto puedo dar por perdida la poca dignidad que me quedaba. Solo soy una mujer que busca venganza, nada más.
-— No me importa. Mi corazón ya no siente absolutamente nada. Pero...—- levanto mi dedo índice -— no voy a permitir que nadie se burle de mi. Te guste o no.
-— Ya veo que no puedo lograr sacarte esas absurdas ideas de la cabeza.
-—No —- contestó.
-—Mejor me marchó. Necesito aclarar mi mente.
-— Es lo más sensato que me has dicho hoy. No trates de cambiar algo que sabes que no tiene solución.
-— Todo en la vida tiene solución y segundas oportunidades. Eres tú quien no quiere darse cuenta de ello—- contesta Enrique, apoyado de la puertas—-. Adiós, Amalia.
-— Después no vuelvas arrepentido —- le gritó pero no me mira.
Cierra la puerta de golpe y se marcha.
¿ Por qué debo dejar mis planes aún lado?
¿ Quiten se a creído que es? Y menos de lo ocurrido anoche. Sonrió a la vez que juego con un mechón de mi cabello.Ni mis padres han podido convencerme de lo contrario. Ellos necesitan un escarmiento. Así que debo aprovechar que ambos están separados. Uno lejos del otro. Está es mi oportunidad, mi momento.
Hace semanas que no habló con Camilo. Últimamente me tiene abandonada. Lo más seguro es que ya se halla dado por vencido. O de lo contrario, hallan descubierto sus planes y ahora este bajo las rejas.
-— Ja ja. ¿ Quién lo viera? —- me digo a mi misma pensando en voz alta.
Subo a mi habitación y me doy una ducha. Me arreglo lo más cómoda posible y bajo a la cocina.
-— Buenas noches, Amalia-— me saluda mi primo Steven.
-— ¿Llegas ahora? -— le digo mientras tomó una Manzana.
-— No. Hace un rato. Pero no quise molestarte —- termina de preparar la cena.
—- Hiciste bien. Hoy no estoy de buen humor.
ESTÁS LEYENDO
Mujer De fuego
RomanceA veces la vida juega a nuestro favor, y otras en contra. O simplemente debemos aprender a jugar su juego. Un juego que nos puede hundir, o tal vez ayudarnos a salir a flote sin llegar ahogarnos. Roxana aprendió a jugar y no habló del basquetbol o d...