Después de la tormenta...

33 4 0
                                    

Roxana

Y he me aqui, de nuevo frente al espejo, mirando este hermoso vestido blanco que llevo puesto, con dos pequeñas mangas por debajo de mis hombros resaltando el escote del vestido, con finas rosas bordadas por alrededor del largo satín, un moño recogido decorado con sencillas flores blancas y un leve maquillaje color carne. Dos pendientes  y un fino collar de diamantes blancos con un zafiro en el centro.

Verme así me trae tan malos recuerdos y todos repetidas con la misma persona. Solo se que ahora es diferente y este casamiento es solo parte de mi...

— Hermosa.

Brayan, entra a la habitación y me mira como nadie lo había hecho antes, sus ojos brillan de la emoción al verme vestida así. Sin detener mis pasos camino a su encuentro fundiendo nos en un abrazo. Me impregnó  de su fragancia y él me deposita un cálido beso.

—¡ Estás loco!— exclamó —, si Camilo te ve aqui todo se puede hechar a perder.

— No me importa — me aprieta contra su cintura—. Era imposible no dejar de mirar a la mujer más hermosa del mundo vestida de novia, aunque fuese por un segundo. No sabes cuánto sueño que llegue el día  en que pueda verte vestida así para mí — susurra y mi piel se eriza al roce de su aliento—. Te haría mía aquí mismo, en este instante— sus manos acarician mi piel desnuda.

— Calma— balbuceo en un quejido—. Cuando todo esto acabé solo seremos tú y yo de nuevo— le digo con mis labios a centímetros de los suyos.

—¡ Joder!  Que ganas de quitarte ese labial— se saborea los labios.

— Házlo— ordenó.

Sin pensarlo mucho pasa su mano por alrededor de mi nuca y me acerca a su ardiente boca. Nuestras lenguas se encuentran una vez más en una danza sin final, juegan se abrazan y se llenan del placer más absoluto que pueda existir. Le doy permiso a todo, soy suya y es lo único que me importa. Se adueña de mi labio inferior, primero lo succiona con total perversión para después morder lo sutilmente. Mientras mis piernas tiemblan y una corriente eléctrica se hace notar en mis partes más íntimas.

Somos insaciable, nos amamos y deseamos tanto que nos olvidamos por completo del lugar que estamos. Entonces la puerta se abre y nos separamos observando a la persona que nos mira asombrado.

— Definitivamente, ¡están demente!— Elena nos mira con complicidad—, díganme si el que hubiese entrado por esa puerta hubiera sido otra persona. Todo se iría al carajo. ¿ En dónde tienen la cabeza par de tortolitos?

Brayan, me mira y ambos reímos.

—¿ Y qué les causa tanta gracia?— pregunta molesta— . Okey, me rindo. Solo vine a informarte que ya es la hora.

Asiento y le tiró un beso al aire al hombre de mi vida.

— Te veo en el show — me dice Brayan y se marcha.

— ¿Ya todo están aqui?— le preguntó a Elena.

— Sí— responde—. Te deseo suerte amiga— toma mis manos y las aprieta con fuerza.

— Está vez todo es distinto.

Mi amiga me entrega el ramo de rosas blancas y me acompaña hacia donde está mi tío. Él me mira con lágrimas en los ojos, se que no son de felicidad y debo callarme.
Me estrecha su brazo y yo lo tomó, todos se levantan de sus asientos y voltean hacia mi. Aunque no quiera tengo los nervios a flor de piel, son demasiadas cosas juntas en solo un día. Caminamos despacio hacia la persona que me espera con una enorme sonrisa en el altar. Me detengo a su lado y lo miró, está guapo, como negarlo, pero eso no cambia el motivo  de que es un monstruo; solo deja al descubierto su hermosa fallada engañando a los que lo rodean, yo conozco su interior, su oscuro corazón.

Mujer De fuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora