Cada vez más lejos.

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— Te odioooo — le digo al terminar el desagradable encuentro.

— No lo parece, es más, diría que lo disfrutaste tanto como yo— dice con cinismo.

— En tus sueños— espetó —. Pero ni pienses que se va a volver a repetir, ¡ en tú vida me vuelvas a tocar!— le repito eufórica, señalándolo con el dedo índice.

Salgo del coche dejando a Camilo arreglándose el pantalón. Empiezo a caminar sola por la carretera, si una vez lo hice lo puedo hacer de nuevo, no importa el miedo o la oscuridad, total, lo peor ya lo he vivido.

Me estoy dejando manipular por alguien que no vale la pena, solo para evitar una tragedia. Solo quisiera saber si al final valdrá la pena todo lo que estoy pasando, tal vez me estoy equivocando y puedo elegir otra forma de hacer las cosas.

Debo librarme de este hombre de alguna manera, buscar una solución y sobre todo encontrar la manera de borrar ese video.

—¡Roxana!. ¿ A dónde creés que vas?. — me grita Camilo desde el auto.

—¿ Dónde creés?. Lejos de ti y de todo lo que tiene que ver contigo— vociferó mientras aceleró el paso.

Él empieza a correr hacia mi, yo hago lo mismo pero en la dirección contraria. Por más rápido que trató de alejarme, él me alcanza. «¡ Estoy arta de todo ésto!».

Toma mi brazo  al mismo tiempo que pone su mano en mi mejilla apretándola con fuerza. Duele, me duele y me está haciendo daño.

— ¡No puedes huir de mi!. No me vas a volver a dejar como un estúpido como hiciste en nuestra boda, donde quede en boca de todos. Ese día fui el hazme reír— grita con sus ojos abiertos como platos .

—Ja ja ja. No me digas. Aqui la cornuda fui yo— lo enfrentó mientras trato de zafar me de su agarre—¡ Estás loco!.

— Esa p****  no significó nada en mi vida.

— ¿Cómo tampoco tú hijo? — Camilo se queda en silencio—. Una vez más me demuestras lo poco hombre que eres— digo con euforia.

— Yo te voy a demostrar si soy poco hombre o no.

Me obliga a caminar hasta el coche, casi que arrastras, me empuja dentro y cierra la puerta.

—¿ A donde me llevas? — preguntó asustada. Él es capaz de hacerme más daño. No le importa todo lo que me a hecho, él quiere más.

— Ya verás.

El terror se apodera de mí. Mi corazón se me quiere salir del pecho. Mis manos sudan. Tengo miedo de lo que este hombre pueda hacerme.

                    ***********

Dicen que las segundas oportunidades nunca son buenas y tienen razón, dejar que Camilo volviera a entrar a mi vida fue un grave error, está sacando lo peor de mi y aunque a veces luchó contra ello, es más fuerte que yo. Me está llevando al límite y mi paciencia se agota.

Elena me acompaña mientras nos tomamos un café, su mirada de preocupación lo dice todo, sabe que algo no anda bien, y por más que trate de ocultarlo me conoce lo suficiente como para saber como me siento y lo que pasa por mi cabeza.

Es la única que me entiende cuando ni yo misma lo hago. Su mirada esta llena de preguntas, y la mia no quiere dar respuestas.

Pasa con su dedo por el borde de la taza, haciendo esta maniobra en círculos, constante, aprieta sus labios, esta nerviosa, quiere hablar pero no sabe como.

— ¿Qué te preocupa? — preguntó al ver que no dice nada.

Ella me mira y hace un gesto con sus labios.

Mujer De fuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora