A tú lado

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Definitivamente Amalia sabe cómo echarle a perder a una la noche. Por más que quiera dirigir la  mirada hacia otro lado está juega conmigo y va de imprudente  para encontrarse con Brayan.

Es tan duro ver cómo ambos se besan . Como ella acaricia su pelo, su rostro, como lo mira. Joder.  Mientras yo observó desde lejos apuñalando directamente a mi corazón .

Se que es algo masoquista de mi parte, pero no lo puedo evitar, como quisiera ser yo quien este entre sus brazos( como hace un momento), pero la vida es algo injusta a veces. Injusta no, solo nos conocimos un poco tarde, cuando nuestros sentimientos ya tenían nombre y apellido.

Tocan a la puerta provocando que ponga los pies en la tierra y deje de soñar despierta, al parecer esta noche no me van a dejar trabajar.
Camino hacia ella y la abro,  ahora si todo esta de mal en peor, Camilo es quien esta del otro lado del corredor.

— Buenas noches, amor— me saluda con un beso en los labios, mientras yo me despego lo más rápido que puedo.

— ¿ Qué haces aquí? — mi pregunta le molesta, su rostro no miente.

— Vine por ti, son más de las dos de la mañana, puedes terminar después el trabajo.

— No puedo— contesto cortante.

— Claro que puedes, ¿ oh es qué te tienen presa en tú propia empresa?.

— No digas estupideces, solo queremos terminar este pedido  lo mas rápido posible— espetó cruzada de brazos.

—¿ Sucede algo Roxana? — Brayan sale al escuchar nuestra pequeña discusión.

— Nada que te incumba— se le enfrenta Camilo.

— Pues si me incumbe, porque esta también es mi empresa, además, Roxana no tiene que darte explicaciones de nada. Se nota que no aprendés.

— En eso te equivocas, ella y yo volvimos, asi que, si, me tiene que dar todas las explicaciones que yo quiera— le informa con autoridad.

Brayan me mira en busca de una respuesta ante esta locura, una locura que ni yo misma entiendo. Pero en un final él tiene novia, asi que poco le debe importar lo que yo haga o deje de hacer con mi vida. Por lo que no le debo nada, menos una explicación.

— Mejor nos vamos— le digo a Camilo tomándolo del brazo.

Estos dos se miran como si fueran enemigos de toda una vida, y lo que menos quiero es un enfrentamiento entre ambos aquí, eso solo traería tema de que hablar, y no me gusta estar en boca de nadie. Además respeto mucho mi lugar de trabajo, es como mi santuario, mi refugio, por lo que no pienso permitir que destruyan   e invadan su tranquilidad con sus estúpidas peleas de machos en celo.

Camilo toma mi mano y salimos rápido de la empresa, al llegar al coche nos montamos pero no lo enciende, se queda con las manos al volante , pensando. Buscando las palabras exactas para atacarme.

— Que sea la última vez que salgas y no me avises.¡ Entiendes!.

Yo lo miro atónita.

—¿Qué significa esto?. No entiendo— mi respuesta no le gusta, asi que toma mi mentón con un poco de enojo y hace que lo mire directamente a los ojos.

— Si vuelves a salir sola, a cualquier lugar y mucho más si ese estúpido esta contigo y yo no lo se— detiene sus palabras, acerca su rostro al mío y en un murmullo prosigue— soy capas de matarte, de sacarte arrastra del lugar.

— Estas loco— sus palabras me asustan.

— Si haces todo como te digo, no habra ningún problema.

Mujer De fuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora