Epílogo

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Roxana

No existe nada más grato que dejar que la misma vida tome su curso, y nos demuestre como tantas veces que el mal nunca podrá derrumbar a las personas de buenos sentimientos  que solo quieren el bien para los seres  que nos aman y están a nuestro lado.
Al final; el karma siempre llega y junto con ella nuevas oportunidades y nuevos amaneceres llenos de esperanza.
Nuestro mayor reto fue la adopción de nuestro hijo. ¿Quién lo diría? Hoy está aquí, a nuestro lado. Pues le cuento...

Camilo como ya saben no quiso cooperar y durante tres largos meses no pudimos ver más al pequeño. La directora de la casa de acogida  nos pidió que  estuviéramos alejados ya que no era seguro una respuesta positiva por parte de la corte. Y al final, todo ésto estaba afectando emocionalmente al niño. Así lo hicimos.

Cada uno volvió a retomar su vida como antes. Brayan, en los negocios junto a su madre y yo en la empresa con mi tío, aunque para mí eso no era suficiente. Así que opté por abrir mi propia línea de moda, mi propia empresa, aunque mi tío insistió en ayudarme económicamente en el presupuesto de la misma sin obtener nada a cambio.

Y aquí estamos. Hoy un 10 de enero, inauguramos el nuevo local de estilo y diseño para todo tipo de mujeres. Mi mayor problema fue el nombre. Uff, me venían miles a la mente hasta que al final recordé mi último desfile. Nunca olvidaré ese día, me demostró cuánto amo mi trabajo y entonces...

—¡ Me encanta!— exclama emocionada mi mejor amiga, Elena.

— En serio — la miro atónita.

— Es... Wow. ¿ Cómo se te ocurrió ese nombre?— pregunta.

— La verdad, siempre a estado conmigo y fue una de mis mejores líneas de moda.

— Felicidades, amiga. Te mereces esto y mucho más — me abraza eufóricamente, no puede ocultar la emoción.

— Es que te has lucido reinita. Eres única, siempre lo he dicho. Richy, me hace sonrojar con su cumplido.

— Así que volvemos al título de nuevo— me susurra el hombre más sexy de la noche mientras planta un acalorado beso en mi cuello—. Me fascina tú perfume— balbucea.

— Calma, tigre— respondo—. Todos nos miran— siseó.

— No me importa. La única mujer que veo es a tí.

Elena, y Richy, se miran con picardía.

Aprieto mis labios aguantando los deseos de lanzarme a sus brazos. Mi suegra, «madre mía que extraña se siente esa palabra», se incorpora a mi lado. Ya estamos todos juntos para romper el lazo y dar inicio a un nuevo camino en mi vida. Mi tío toma las fotos del momento que quedaran impregnadas al recuerdo.
Hay más de cincuenta invitados, ex colegas, diseñadores, modelos, fotógrafos y por supuesto el nuevo equipo de trabajo, que sin ellos no sería nadie. La inauguración transcurre mejor de lo que soñé. Me vuelvo a sentir una mujer realizada, lástima que mi pequeño no esté aquí con nosotros, pero ese día llegará.

Los días pasan más rápido de lo normal y, casi no me dejan tiempo para respirar. Ya van tres meses y aún no tengo noticias de Lucas, me preocupa que al final no pueda adoptarlo y pierda la oportunidad de ser madre, de tenerlo en mis brazos nuevamente. Lo quiero tanto.

— En que piensa mi ángel —  Brayan, está apoyado a la puerta de la oficina mirando mi embeleso.

— En todo, en nuestro futuro, en nosotros.

— En Lucas— camina hacia mi y se sienta en el butacón.

— También — me levanto y voy a su lado sentando me en sus piernas—, lo extraño— me sincero. No quiero ocultar mis sentimientos.

Mujer De fuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora