Callendo en su juego.

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— Es más quiero que lo pienses bien.

Enarcó una ceja, de donde mierda salió tanta amabilidad.

— Soy un hombre comprensivo— dice con cinismo.

— En serio. Mira tú, no lo sabía.

Sonríe apretando ambos labios con fuerza. Le molestó mi comentario.

— Nos veremos de nuevo en veinticuatro horas — espeta, crudo y cortante.

— Dame algo de tiempo— susurró. No estoy convencida de esto.

— Tiempo es lo que no tengo. Así que tú sabrás que es lo más conveniente para tí.

Esas fueron sus palabras antes de salir del restaurante y dejarme con los nervios de punta.

Camilo esta jugando con mis emociones y mis sentimientos. Él sabe que nunca le buscaría problemas a mi tío, no después de su enfermedad.

Me voy  directo a casa. Gracias a dios no hay nadie, subo a mi habitación y me tiró en la cama. Necesito pensar con cuidado lo que voy hacer. No puedo dar un paso en falso. Me tiene dónde quería.

Mierda Roxana. ¿ Eres idiota ,oh qué ?.

Sus palabras retumban en mi cabeza como una maldita grabadora.

Piensa en tú tío y lo que dirá cuando se entere que eres la querida del hijo de tú socia. ¿No te importa su enfermedad?— cada palabra es un puñal en mi corazón.

— Claro que pienso en mi tío, como te atreves a preguntarme eso.

—¡ Perfecto!— mira su reloj y prosigue—. Tienes hasta las 10:00am en pensar  bien tú respuesta, o vuelves conmigo, ho empieza a preparar el funeral de «tú querido tío.»— bufa.

«Funeral de mi tío». Niego con mi cabeza tratando de olvidar esa frase.
Estoy acorralada, me tiene en sus manos. Está atacando dónde más me duele.

La noche se hace eterna, por más que trato de conciliar el sueño este me abandona, dejándome a merced de mis pensamientos. Giro de un lado a otro, acomodó mi almohada de mil maneras,  pero nada, es misión imposible.

La alarma suena y ya estoy en el baño dándome una ducha, al salir me visto con un sencillo vestido blanco de tirantes con el busto en forma de corazón, unas sandalias del mismo color, me hago una coleta alta y me maquillo tratando de disimular las bolsas debajo de mis ojos .

Bajo a desayunar y me encuentro con la tierna sonrisa de mi tío.

— Buenos días, mi niña.

Le doy un beso en la mejilla y me siento a su lado .

— ¿ Y esa cara?— pregunta al ver mi rostro .

— Desveló — respondo mientras me sirvo el desayuno.

— No sé porque notó que quieres decirme algo— su mirada interrogativa asalta a la mía.

— Pues si, tengo que contarte algo, pero... mejor lo dejamos para la tarde .¡ Te parece!— evado el tema.

— Okey, como quieras. Solo espero que sean buenas noticias. Estoy cansado de las malas, es como algo interminable.

«Pues está no va hacer diferente».

Disimulo una sonrisa, respiro hondo y  sigo degustando del desayuno.
Un rato más tarde tomó mi bolso y me voy camino al trabajo. Tengo un día super ajetreado. Pronto Paola, lanzará una nueva línea de moda, por lo que buscar el local, las modelos y demás, tomará mi mayor tiempo.

Mujer De fuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora