Dormir se a vuelto una tortura, no hago otra cosa más que pensar en lo sucedido. No se que habría pasado si Brayan no va por mi, estaba a punto de un ataque de nervios. A veces siento algo de pena, han tenido tantas atenciones y mimos que he llegado a sentirme mejor.
En cambio, la novia de Brayan se comporta como una total víbora. Es más, pienso que estoy hasta ofendiendo al pobre animalito. Nunca pensé que un rostro tan angelical pudiese guardar tanta maldad y odio. Poco le faltó para reírse en mi cara al verme hecha un desastre.
Aunque la entiendo, tener al lado a un hombre como él; tierno, detallista, atento, hace que cualquier mujer caiga a sus pies, provocando celos y desacuerdos. Lo que no comprendo es esa desconfianza de ella, si han esperado dos años para casarse es porque tienen una relación lo bastante sólida como para que se destruya de la noche a la mañana.
Por mi parte, trato de mantenerme alejada lo más posible de él, mirarlo y sentirlo desde lejos, dónde nadie me vea, porque ni yo misma entiendo lo que siento. Estoy confundida y eso después de todo, no es bueno. Toda mi paz y tranquilidad la mandó por el caño en cuestiones de segundos.
Toc- toc- toc.
Tocan a la puerta.
-— Entré —- ordenó.
La chica que atiende la casa de Paola pasa a mi habitación con la bandeja del desayuno entre sus manos. Es una joven agradable, atenta, a pesar de haber cruzado pocas palabras con ella en visitas anteriores, su manera de actuar y de comportarse habla por si misma.
—¿Interrumpo?-— me pregunta la chica morena .
-— Para nada.
-— La señora Ledesma, me pidió que le trajera algo de comer -— me dice poniendo la mesita encima de mi.
-— Gracias, pero no tenían que molestarse, hubiera bajado perfectamente al comedor—- le digo apenada.
Soy rica pero no estoy adaptada a tener este tipo de atenciones. Mi tío desde pequeña me enseñó a balerme por mi misma. Tenemos empleadas, pero solo hacen lo imprescindible. Bueno, no soy nadie para hacer comentarios sobre la vida de los demás.
-— No es molestia, además, después de todo lo que le pasó, es mejor que descanse, el cuerpo y la mente lo necesita-— continúa la chica de forma educada.
-— ¿Estudias algo?-— preguntó curiosa. Ya que es una muchacha bastante joven como para malgastar su juventud así.
-— Si, pero como es tan alto el pago a la universidad, la señora Ledesma me brindo este trabajo, y gracias a ella estoy terminando mis estudios—- responde y en su voz puedo notar que está agradecida de esta familia.
-— Ella es una gran mujer, y también me alegro por tí-— le sonrió y ella se marcha.
Veinte minutos después, me encuentro bañada, vestida, y terminando de peinar mi cabello. Por el espejo veo que Brayan se asoma por la puerta, apoya su cuerpo al marco y deja sus manos ambos lados del cuerpo dentro de los bolsillos del pantalón, dándole un aire desenfadado y tranquilo.
Sus ojos me inspeccionan de pies a cabeza. Enarco una ceja al ver la expresión de lujuria reflejada en su rostro.
Él se muerde el labio inferior descaradamente.
Yo, me pongo roja como un tomate.
Nunca me había sentido tan deseada como me siento con él. Es imposible, lo sé, pero que voy hacer.« ¡ No soy de hierro, joder!».Camina lentamente hasta quedar a solo unos centímetros de mi cuerpo.
-—¡ Estás, hermosa!—- dice, dejando que su voz fluya por mi oído y provocando que mi piel sufra su acercamiento.
-— Gracias -— susurró con la voz temblorosa.
-—Te encuentras mejor-— pregunta mientras acomoda mi cabello aún lado de mi hombro.
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Mujer De fuego
RomansaA veces la vida juega a nuestro favor, y otras en contra. O simplemente debemos aprender a jugar su juego. Un juego que nos puede hundir, o tal vez ayudarnos a salir a flote sin llegar ahogarnos. Roxana aprendió a jugar y no habló del basquetbol o d...