Capítulo 32. Tranquilidad.

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Isabella

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Isabella.

Habían pasado ya las horas, me estaba alistando para ir a trabajar después de haber pasado la mañana y parte de la tarde con mi familia, ya estaba lista, así que salí y tomé el autobús.

Tom no llamó, después de haberme dejado en casa de Ali, no lo hizo, pero la verdad, no debería prestarle mucha importancia, porque realmente ni siquiera se que es lo tenemos.

Y tampoco me gustaría hablarlo ya que hay dos probabilidades.

Uno: o bien seguimos como estamos.

Dos: se termina todo aquí y no vuelvo a saber nada más de él.

Salí de mis pensamientos ya que llegué a mi parada, caminé un par de calles más y llegué, puntual.

El día pasó normal, como siempre, era domingo, no había mucha gente, como de costumbre.

Las tres de la mañana llegó y Ali se ofreció en llevarme y acepté. Sin embargó. Llegó un mensaje a mi celular.

Mensaje.

Te estoy esperando el mismo lugar de siempre.

La verdad no sabía en que tono leerlo, ¿será que estaba molesto? No había motivo.

-Ali, lo siento -hablé.

- ¿Por? -preguntó.

-Pasarán por mí.

-El guapo doctor Hiddleston -dijo burlona.

Y yo solo asentí.

-Pero vas a casa, que ya dos veces no creo que tu papá me crea -golpeó mi frente con su indicé.

-Hoy si voy a casa -reí

Dejé un beso en su mejilla, me despedí de Bill y luego fui a la misma calle de siempre.

Bajó del auto y lo primero que hizo fue estampar sus labios a los míos.

La verdad no me lo esperaba, pero no me disgustaba que lo hiciera.

-Hoy si te dejaré en tu casa- habló en cuanto encendía el auto.

-Gracias doc -reía

En el viaje hablábamos de trivialidades, entre risas y un buen momento habíamos llegado.

- ¿Nos vemos mañana? -pregunté, para así sacarme de dudas.

-Lo siento gatita, tengo turno.

-Está bien, no te preocupes doc.

-Así que mañana, directo a casa -me tomó del mentón.

- ¿Por qué? -pregunté con un tono de voz distinta.

-Porque papi no quiere que nadie más ponga un solo dedo sobre ti.

Bajaba su mano por mi cuello y yo me acerqué a besarlo, el sabor de sus labios me encantaba, quedarnos sin aliento era siempre nuestro punto de separación.

Champagne Problems (Tom Hiddleston)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora