(TERMINADA)
¿Te has preguntado por qué te amo?
¿Por qué aún lo hago?
¿Por qué a pesar del tiempo mi corazón palpita a mil por hora?
Aquí estoy, los roles cambiaron, pero no puedo, no puedo hacer lo mismo.
Y odio eso, por que sigo amándote.
Conquís...
⚠️Este capítulo tiene contenido muy sensible, no estoy de acuerdo con los sucesos, recuerden solo es drama, creación de mi mente loca, léelo bajó tu responsabilidad⚠️
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Ten hoy si es muy necesario.🧻
Isabella.
Se lo dije, no había vuelta atrás, era mi decisión y si le gusta, bien por él, y si no le gusta, no puedo dejar mis sueños a un lado solo por él.
-No puedes irte y dejarme Isabella -aumentó el tono de su voz.
-No te estoy pidiendo permiso, solo te estoy avisando que me iré.
-Isabella, no puedes irte
-Lo haré Tom...
-Dije que no -gritó.
Me sobresalté, pero no me quedaría callada.
- Eres un egoísta -exclamé
- Tu lo eres, quieres largarte a miles de kilómetros lejos de mí ¿Por qué? Isabella puedes estudiar lo mismo aquí.
- Era el sueño de mamá, su diario lo dice.
- Es tu vida.
-Y porque es mi vida quiero que sea así.
- Por Dios Isabella, piensa -se acercó a mí -no puedes dejarme -recalcó
-Tom, voy a tener al fin mi profesión, piensa en eso.
-Pero comprende que es lo mismo estudiar aquí que allá.
- ¿Cuándo tu estudiaste medicina? ese era tu sueño, estudiar aquí. El mío es irme a Miami, me aceptaron en uno de los mejores institutos de gastronomía.
-Carajo Isabella, no puedes dejarme -dijo molestó apretando sus manos
-Si puedo Thomas y como tú lo dijiste es mi vida -lo seguí enfrentando, no desistiría.
-No lo harás, no te irás, te lo prohíbo -dijo más furioso.
-No puedes prohibirme eso Thomas -respondí igual que él.
-Si puedo hacerlo, eres mía -se acercó más.
-Estás loco Thomas, podre ser tu pareja, pero no te pertenezco -traté de dar un paso atrás, pero fue tarde.
-Quieres ver que sí -me tomó por el cuello.
-Thomas suéltame -rodeé sus manos con las mías tratando de separarlo.
-TÚ NO TE IRAS DE ESTA CASA ISABELLA -gritó - ¿ME ESCUCHASTE?
-YA SUÉLTAME -grité como pude.
Sentí sus labios contra los míos, muy brusco, no seguí su beso y aún seguía tratando de soltarme de su agarré, y en él intento le rasguñe las muñecas.
Mis intentos fueron obsoletos, no pude soltarme y lo que siguió fue lo peor que pudo haberme pasado. Y jamás creía que él podía ser capaz de hacer aquel acto que me rompió en mil pedazos.
-Detente Tom -me quejé por tercera vez, pero él siguió.
Las lágrimas salían por si solas.
-Estás lastimándome -trataba de soltar mis manos de su agarre.
Hasta que mordí su labio y sentí mi mejilla arder seguido de un ligero sabor a sangre en mi boca.
-CARAJO ISABELLA QUÉDATE QUIETA -gritó.
-ESTÚPIDO ESTÁS LASTIMÁNDOME -lo empujé con todas mis fuerzas.
Tomé mi ropa y subí.
Tom.
En ese momento caí en cuenta la estupidez que estaba haciendo, como se me ocurre abusar de ella, no sé qué me estaba pasando.
-Gatita, perdóname -traté de acercarme.
-Aléjate de mí, no quiero que me vuelvas a tocar nunca más -ella lloraba.
Y subió un par de escalera y yo estaba por hacer lo mismo.
-No te acerques ni un solo paso más Tom...
-Gatita hablemos -rogué.
-NO, NO QUIERO, ESTE NO ES EL TOM DEL QUE ME ENAMORÉ -lloró y subió a toda velocidad a su habitación. Escuché que puso el seguro, aun así, fui a golpear la puerta, y ella no la abrió, lloré sentado contra aquella puerta.
-Amor, por favor abre la puerta -sollozaba ahí, en el suelo -hablemos por favor.
-No tengo nada que hablar contigo, ya lárgate, déjame en paz -su voz quebrada.
-Por favor, amor, todo mejorará -dije.
-No, ya no más -respondió.
Y yo seguí insistiendo, pero ella ya no habló más.
¿Cómo fui capaz de todo esto? Por Dios Tom que estupidez hiciste -me maldije, una y otra vez.
La escuché llorar y el alma se me rompía en mil pedazos, soy el hombre más cobarde, esto sería el final de todo.
No debí golpearla, no debía hacerlo, jamás debí haber hecho eso y lamentaba todo.
Me rendí, fui a mi habitación y salí de casa, fui con Caet, y lloré amargamente. Ella no entendía lo que pasaba, no hasta que se lo dije.
Isabella.
No me quedaría en esa casa un solo día más, no lo haría.
Me levanté, tomé una ducha muy rápida entre lágrimas y sollozos, salí y comencé a empacar todo, hace un par de semanas compré mis maletas, así que guardé todo lo que tenía en esa casa.
Fui a la habitación que compartía con él, saqué todo del armario y de los cajones, me iría, había tomado mi decisión.
Bajé a la cocina, de la repisa saqué mi taza, la envolví en papel y la puse en la maleta, quité el cuadro del tulipán, y lo llevé en mi mochila, estaba todo listo, no sé cómo me llevaría todo, pero, al menos lo empaqué. Tenía que ir a trabajar y eso hice, pero de que hoy yo no dormía en aquella casa era seguro.
Y ya pensaría algo para saber si él no regresa ese día a casa, si, fui cobarde, era mejor irme sin decirle nada. Su reacción me aterra y... no quiero verlo.
No pude pensar en nada, así que terminando mi turno fui a casa, su auto estaba estacionado fuera, si estaba en casa, y no sabía qué hacer.
Tom.
Caet me dijo que era momento de decirle toda la verdad a Isabella, pedirle perdón y mostrar arrepentimiento sincero.
Así que ambos fuimos a mi casa, bebí un poco, no lo voy a negar, necesitaba quitarme los nervios de algún modo.
Pero las copas se me pasaron y terminé enredándome de nuevo con Caet, ella, yo, el sudor y el calor, en mi habitación. No tuve autocontrol, lo admito. Soy un maldito cobarde.
