Capítulo 83. Cuerda floja.

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Isabella

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Isabella.

-Hola preciosa –esa voz, la conocía muy bien.

- ¿Evans? –dije. Y solté la mano de Tom.

-Que gusto volver a verte -se acercó a mi y dejó un beso sobre mi mejilla.

-Lo mismo digo.

-Hace meses que no se de ti ¿Cómo está tu abuelo?

-Muy bien, gracias por preguntar.

No sé por qué, ni como, pero me quedé con Chris hablando, caminamos hasta la barra y ahí estaba de nuevo Josh y Aitana, aún seguían juntos o al menos eso pude deducirlo.

Nos sirvieron a ambos margaritas y nosotros seguimos hablando. Sin embargo, con la mirada busqué a Tom, pero no lo encontré.

- ¿Y vienes sola? –pregunto

-No –respondí –vine con mi novio.

-Qué bueno –pude notar un poco de tensión en sus palabras.

Cambiamos de tema de conversación y él me hablaba de su trabajo, con sus clientes en el bufete de abogados, el ascenso y tantas cosas.

Tom.

No recuerdo en qué momento solté la mano de Isa, pero para cuando lo noté ya estaba frente a Elina.

-Qué gusto volver a verte querido Tom –habló y dejó un beso en mi mejilla.

-Gracias por la invitación –sonreí amablemente.

-No te imaginas la emoción de volver abrir el bar –pasó su mano sobre mi brazo.

-Me alegro mucho por ti, se lo mucho que deseabas tenerlo y todo lo que tuviste que pasar para estar de nuevo aquí.

-Ven, quiero enseñarte el lugar -tomó mi mano y comenzó a caminar.

Con la mirada busqué a Isa, pero no la hallé, era momento de decirle a Eli que no venía solo, pero mis palabras enmudecieron, me enseñó cada espacio que había, hasta llegar a su oficina.

- ¿Y... qué te parece? –preguntó.

-Tiene tu esencia en cada rincón -reí.

Ella caminó hacia la vitrina, de ella sacó un ron y lo sirvió en dos vasos. Me brindó uno mientras tomaba asiento en la silla frente al escritorio. Ella tomó asiento sobre el escritorio el cual no estaba lejos de mí. La distancia era mínima.

Sus piernas entalladas por la tela de su vestido hacían que mi imaginación volara, y no debía hacer eso, no era correcto, pero es que Elina siempre ha sido así, siempre ha provocado algo en mí, y era lo que tanto quería evitar.

Como hablaba y como me miraba, sabía lo que ella quería, como bebía de su vaso y como quedaba impregnado su labial rojo en este. Sentí que nos comíamos con la mirada. Cruzó su pierna y ni siquiera emitíamos palabras.

Champagne Problems (Tom Hiddleston)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora