Capítulo 65. Sola.

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Ten, tal vez lo necesites

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Ten, tal vez lo necesites. 🧻

Isabella.

Pensé a donde ir, era seguro que ir a la casa de los abuelos no era una buena opción, no quería que se sintieran mal y ocasionar un problema aún más grande.

Caminé lejos, sin rumbo, pensando en todo. Me senté en la acera, pegué mi cabeza a mis rodillas y me abracé, continúe llorando, tal vez y si mamá estuviera aquí, todo sería distinto. Pero no es así, se tuvo que ir y... la vida ha sido difícil sin ella. He cumplido el rol de madre para Danny, o al menos traté de llenar sus zapatos.

Pensé tanto en como me hice responsable de su crianza, o al menos hasta el momento lo he hecho. No es fácil, ser yo... no lo ha sido, siempre pendiente de que todo esté en orden, he sido responsable y he dejado muchas cosas para el bien de todos. En el colegio no salía a fiestas, no tenías muchos amigos y los pocos que pude tener ahora no tienen tiempo o se marcharon del país.

Solo pedía un poco de libertad. Mi rutina siempre ha sido la misma. Al menos con Tom podía hacer alguna cosa distinta. Aunque sea un paseo por las calles de Londres.

Llamé a Tom, pero me enviaba directo al buzón de voz, dejé un mensaje.

-Te necesito- nada más, mi voz se quebró en la última sílaba.

Llamé a Ali y en solo cuestión de segundos contestó. Le dije lo que había pasado o al menos un poco.

Me dijo que fuera a su casa, y así hice, esperé el autobús, y me senté en el último asiento. Miraba por la ventana, no era día lluvioso, ni frío, el sol era brillante y el cielo estaba despejado. Pero mi mundo si estaba gris, llovía y hacía frío. Me sentí sola.

Tan sola, como no me había sentido hace tiempo.

Llegué a la estación cerca a su casa, mi caminar fue lento. En cada paso una lagrima caía y yo traía mi cabeza agachada.

Antes de tocar el timbre de su casa, sorbí mi nariz, limpié las lágrimas que habían humedecido mis mejillas.

Inhalé.

Exhalé.

Y toqué el timbre.

Ella abrió de inmediato y sus brazos fueron un lugar seguro para mí, lloré, con un poco más de control, pero lo hice.

Si tan solo papá supiera lo mucho que lo amo y que sí, me equivoqué, al mentirle, pero ¿acaso no merezco un poco de eso?

Ambas nos sentamos en el sofá, trajo un vaso con agua y me lo bebí tan rápido que sentí un poco de alivio en mi estómago.

Fue cuando hablé, entre quebrantos y lágrimas, le dije todo.

-De verdad Isa, perdóname -me abrazó -el llegó y preguntó de inmediato por ti, le dije que habías salido, pero que ya no tardabas, no me creyó.

-No es tu culpa, si no mía -suspiré -si tan solo no le hubiese mentido.

-Ya se le pasará el enojo.

-Si hubieras visto sus ojos Ali -la miré -me odiaba.

-El jamás te odiaría, tal vez solo fue el momento.

-Estaba tan enojado, jamás lo había visto así, jamás.

Las lágrimas solo fluían.

-Y mi hermana... Ali... mi niña lloraba y me pedía que no me vaya -tapé mi cara con mis manos.

-Ya no llores Isa -me abrazó aun más fuerte.

Tom.

Eran más de las nueve, llegué a casa y subí a mi habitación para poder descansar, mi mente pensaba en tantas cosas.

Conecté mi celular a su cargador y decidí tomar una ducha, mientras tanto espero que al salir ya tenga un poco de batería.

Me envolví la toalla en la cadera y salí, busqué en mis cajones mi pijama, me vestí y encendí mi celular.

Tenía varias llamadas perdidas de mi gatita y me preocupé, había llamado entre eso de las cuatro, casi cinco de la tarde.

También tenía un mensaje de voz, me apresuré a escucharlo. Dos palabras, su voz triste y quebrantada, me preocupé aún más y ni bien terminó el mensaje la llamé.

Todos los tonos sonaron y no contestó, volví a marcar su número, y volvió a suceder lo mismo.

Salí de casa, y lo primero que pensé fue en ir a buscarla a su casa, me puse una chaqueta y subí rápido en mi auto. Conduje un poco más rápido, mientras antes llegue mi preocupación disminuiría.

Y poco me importó que su papá estuviese en casa, durante el camino volví a llamar y no contestó.

Llegué, estacioné el auto, bajé lo más pronto y toqué la puerta. Tardaron en abrir la puerta y a la primera persona que vi fue a ella.

Isabella.

Tomé una ducha, larga, el agua se mezcló con mis lágrimas y ahí estaba yo, sentada en la bañera, con el agua cayendo y mi corazón sangraba. Después de salir busqué en mi mochila ropa limpia y me vestí.

Ali me sirvió algo de comer, pero ni apetito tenía, me exigió comer, así que obedecí, conocía a mi amiga y sabía que, si no hacía lo que ella me pedía, podía pasar toda la noche sentada en la mesa esperando a que coma.

Bill llegó, y al parecer entendió un tanto la situación por mi rostro que ni siquiera hizo preguntas.

Tenía una habitación más, con un colchón inflable, Bill y Ali ordenaron todo, para que tenga un lugar cómodo donde dormir, Danny me escribió muchas veces, y sabía que contestarle era hacerme llorar aún más, así que lo silencié y lo metí en mi mochila.

Me acosté, tapé mi cuerpo con las cobijas y traté de dormir, las lágrimas salían de mis ojos cada tres segundos, se deslizaban y herían.

Una lágrima.

Dos lágrimas.

Tres...

Y muchas más.

Me abracé a mí misma y de a poco me dormí.







Aaahhh no era Isa quien abrió la puerta. 🥺

Isa no fue con Tom. 🥺

¿Qué opinan? 🤔

Espero les haya gustado el capítulo de hoy. 💕

Millones de gracias por leer, comentar y no se olviden de votar. 💗

Ya saben que las amo. ❤️🍾

Champagne Problems (Tom Hiddleston)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora