Zona roja || Ohmnanon

12

OHM

Abro los ojos, cuando escucho la puerta, y noto que apenas está amaneciendo.

Me transformo en el sofá, y veo a Nanon caminando a la cocina.

—¿Qué hora es? —pregunto estirándome.

—Temprano —dice abriendo una caja que tiene ahí.

Mueve sus manos, por un par de segundos y saca un frasco.

No sé si es mi imaginación, o está oliendo bastante más atractivo hoy.

Me levanto para comprobarlo, pero cuando voy a acercarme, él niega con la cabeza.

—No te lo recomiendo.

—¿Qué está pasando? —suelto confundido.

—Tengo calor —responde mostrándole las pastillas— estaré bien, son días libres para mí, así que no tengo que preocuparme por cubrir el trabajo de First, por fin me sonríe la vida.

—¿Y te quedarás acá?

—¿Por qué te ves tan asustado?

Porque lo estoy.

Es literalmente un Omega en celo, dentro de un departamento, conmigo, y yo soy un Alfa.

—No estoy asustado.

—Estaré bien —vuelve a decir, sirviéndose un vaso de agua— solo necesito descansar.

Volteamos a la puerta, al oírla, y pone su dedo para abrir, pasando por mi lado.

Cierro los ojos, porque estoy nervioso, y no quiero oler.

—Hueles mal —dice un Alfa que no es uno de los dos que conozco ya, así que, por descarte, supongo que este es el que faltaba.

Como puede decir que huele mal, si yo podría jurar que Nanon tiene el mejor olor que existe.

—Sorpresa, tengo calor.

Me pongo tenso, al ver que empieza a olerle la cara, con mucha confianza.

—Bright me mandó a decirte que te toca hacer la ronda que le tocaba a First, si me dices que quieres días libres, voy a suicidarme, Nanon.

—¿Entonces quieres que salga allá afuera con calor? ¿Eres tan cruel?

—Bien, voy a quitarle el descanso médico a First para no tener que hacer la ronda yo, de todos modos, nadie sabrá que aún necesita recuperación, porque Bright apenas sabe leer.

Nanon se ríe, y agarra su rostro.

—¿Me traerás de comer diario, Jimmy?

Los dos voltean a verme, y noto ahí, que he empezado a gruñir, sin darme cuenta.

—¿Por qué me estás gruñendo? —me pregunta el Alfa y luego voltea hacia Nanon— ¿Por qué tu lobo me está gruñendo?

—Tiene una parte animal inestable.

Responde como si yo no estuviera ahí.

Ya he notado que todos acá siempre hablan de mí, como si no estuviera presente.

—Pensé que no le habías dado tanta libertad, Non —dice acercándose a mí— pero parece que no nos tiene miedo.

—Soy bueno con él, porque es guapo, ¿no lo crees?

—Sí, es guapo —responde sonriendo— pero no voy a acariciarle la cabeza, porque parece que sabe morder.

—Ohm, es Jimmy —dice Nanon, mirándome al fin— es mi persona favorita del mundo, así que no le gruñas hasta que vuelva.

Lo veo caminar de vuelta a su habitación, luego de soltar un “voy a cambiarme”.

Dejándonos solos.

—Tengo tres datos para ti, Ohm.

Me está hablando.

—¿Tres?

—El primero y más importante es que soy Leo y ese es un gran signo, el segundo es que conozco a Nanon desde que es un niño, y no tienes motivos para ponerte celoso, porque jamás le he gustado, y tercero, a mi no me gustan los Omegas, ¿ya te agrado más?

Asiento, desviando la mirada.

Me cae mejor, seguramente porque es Leo.

—Si tú quieres agradarme más, cuida tu comportamiento con él —agrega palmeando mi rostro.

—Está secuestrándome.

—Está salvando tu vida —me corrige, sonriendo de nuevo— estabas en el lugar incorrecto, en el momento incorrecto, y Bright no sabe resolver eso sin matar a alguien, pero Nanon te está dando una oportunidad, así que vas a portarte bien.

—¿Hasta cuándo? —pregunto sin bajarle la mirada.

—Estoy seguro de que él no tiene idea de qué hacer contigo para mantenerte vivo, no seas exigente, intenta relajarte, y recuerda que podría ser peor.

—No es fácil relajarme con un Omega como él.

—No sé de qué hablas, Nanon es muy dulce.

—¿Conocemos al mismo Nanon? —le cuestiono confundido.

—Nanon es el lindo del grupo —responde agarrando mi cuello con sus garras— y si le haces daño, vas a saber por qué yo no lo soy, ¿de acuerdo?

Asiento rápido, y me suelta.

Es raro que me pida que no le haga daño, a alguien como Nanon, es obvio que nada puede lastimarlo, y es más fuerte que yo.