Zona roja || Ohmnanon

8

CHIMON

Estamos de vuelta en el piso de First, después de un largo día afuera, y veo a Nanon acercándose a la puerta, para salir.

—Yo daré la vuelta por el bar, y me voy a dormir después —dice alto para que todos escuchen.

—Gracias, Non —responde Bright desde la habitación.

Es lo que le tocaba hacer First.

Apenas da un paso afuera, me levanto para seguirlo, pero no puedo avanzar, porque Jimmy agarra mi muñeca.

—¿Qué? —le pregunto confundido.

—Déjalo en paz.

Me siento en el sillón, porque obviamente veo venir la conversación, ahora que estamos solos en la sala.

—¿Él te ha dicho algo?

—¿Qué puede decirme que no haya visto yo mismo? —suelta sentándose a mi lado y acomoda mi cabello.

Me frustra un poco, porque Jimmy siempre se da cuenta de todo, así que no tiene sentido negarlo.

—¿A ti nunca te ha interesado de esa manera alguien del grupo?

Noto al instante lo tenso que se pone.

—¿A-A qué te refieres? —dice levantándose.

—¿Es Nanon?

—¿Qué? —pregunta negando rápido con la cabeza— jamás vería a Nanon de esa manera.

—¿First?

—First me da miedo —responde riendo— es literal, le tengo terror.

Es raro, pero por su lenguaje corporal, juraría que está ocultándome algo.

Supongo que es fácil ser Jimmy, porque el mundo entero lo ama, y si Nanon estuviera interesado en tener un Alfa, lo escogería a él.

Él no es un asesino, él es un doctor.

Las personas de la zona no le temen, pero lo respetan y eso es mejor.

Nosotros peleamos todo el tiempo cuando se trata del trabajo, pero Jimmy es como ese chicle que nos mantiene unidos.

No lo soporto a veces, porque es demasiada luz en nuestro hoyo.

—No insistas con algo que no quiere —dice agarrando una de mis mejillas— ¿Está bien?

—Nunca puedes ponerte de mi lado.

—Yo siempre estoy de tu lado, Chimon, y por eso intento corregirte, ya encontrarás a un Omega que te amará de esa manera, pero Nanon no lo hace, y yo quiero lo mejor para ti.

—Lo mejor para mí es Nanon.

—Eres muy terco —responde palmeando mi cabeza— al menos prométeme que no harás algo estúpido, y sabes que me refiero al chico que ha traído.

—No lo aguanto, es un idiota, sé que Nanon no va a tomárselo en serio, pero es raro que lo esté cuidando.

—Ese no es tu problema, deja de meterte —dice sonriéndome— y mejor ve a jugar, que hay mucha gente afuera que puedes torturar para divertirte.

Asiento lentamente, soltando un suspiro.

—Sí, señor.

Creo que Jimmy es la única persona en el mundo, que puede ordenarme algo, sin que lo discuta.