Zona roja || Ohmnanon

19

OHM

No puedo creer que acabo de atacar al jefe de todo el mundo aquí, solo porque estaba molestando a Nanon.

Mi corazón sigue acelerado y agradezco estar de nuevo aquí, porque sé lo peligroso que fue.

De todos modos, ellos se lo tomaron bastante mejor de lo que imaginé.

Jimmy y Bright parecían estar de buen humor.

Retrocedo cuando Nanon cierra la puerta del piso, y me mira.

Estoy algo asustado, porque sé que me puse algo a la defensiva, negándome a volver.

—Bajaste a ser muy comunicativo con First.

¿Qué?

—Yo solo respondí a las preguntas que me hizo.

—¿Y eso incluía decirle que nosotros no hemos follado?

—Él lo insinuó y solo mencioné que nuestra relación no es así, te hubieras enojado más si no le aclaraba que no soy tu Alfa, porque tú ya tienes una reputación en tu grupo que yo no debería arruinar.

No sé por qué le está molestando.

—First piensa ahora que estás libre, Ohm, incluso creyó que yo le permitiría quedarse contigo —dice golpeándome en el hombro.

—¿Y eso por qué es tan malo? —pregunto alejándome— tú ya me dejaste las cosas claras, y yo solo quería ser amable con él, porque fue el único ahí que se preocupó por ser agradable conmigo.

—First no es agradable con los Alfas, seguramente quiere coger contigo, y tú me negaste, porque quieres coger con él.

Vuelve a golpearme y eso me confunde más.

¿Qué?

—¿Te negué? —suelto tratando de procesar su lógica— ¿Cómo puedo negarte si tú y yo no tenemos nada? Y no sé de dónde estás sacando eso, apenas lo conozco, no recuerdo ni como es su cara.

—Vi cómo lo mirabas, muy interesado.

—Estaba mirando el arma que me mostraba, Nanon.

—¡Pero le hablaste!

Me quedo en silencio porque se sienta cruzando los brazos y hace un puchero.

¿Está haciéndome un reclamo?

No entiendo.

¿Está mal que le haya hablado?

Tengo muchas preguntas y pocas respuestas.

—Nanon…

—Si no vas a disculparte por lo que hiciste, no hablaré contigo.

—¿Cómo es que esto se dio la vuelta y tengo que disculparme? Creo que olvidaste que yo soy el que está enojado.

Suspiro sentándome en la alfombra a su lado, porque no responde.

—Tú me rechazaste, Nanon, y ya entendí que no quieres tener algo conmigo.

No, no funciona, y él ni siquiera me mira, así que me rindo.

—Bien —digo apoyándome en el sofá— lamento haberle hablado a ese chico, ¿feliz?

—Y me respondiste feo, delante de él.

—Tú llegaste y me... —me detengo y asiento, porque no quiero pelear— lo siento, no debí responderte así.

Veo como se relaja notablemente, y se levanta.

—Estoy enojado contigo, de todos modos —suelta caminando a su habitación.

—Nanon.

—¿Qué?

Mi mente está dando muchas vueltas ahora.

—¿Por qué estás reclamándome eso? —pregunto pensándolo bien— creo que solo te molesta el Omega, y tú estás… estás…

Me agacho, porque me lanza un cojín en la cara.

—Cállate.

Suspiro, viéndolo cerrar su puerta.

Yo solamente quiero estar bien con él, y ahora lo arruiné más sin darme cuenta.

Tal vez ellos tienen razón, y mi lobo estúpidamente piensa que Nanon me pertenece.

Pero él no quiere que yo sea su Alfa, y eso me duele.