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OHM

Nanon no ha parado de hablar y ya amaneció, pero él simplemente no se calla.

Y no es una queja, me gusta saber que cuando se siente en confianza, es bueno para comunicarse.

—Entonces le dije a Bright, yo no me meto mierda al cuerpo, no me metí tu puta marihuana, búscala en otro lado, no está en mi habitación; y él me dijo, insúltame a mí, pero no a mi droga, porque compro la de mejor calidad.

Me río, intentando tomarme en serio lo que dice.

—Él es un maldito drogadicto de mierda, y se pone así de paranoico a veces.

—Me dijiste que lo respetas, porque es tu jefe…

—Sí, pero que se vaya a la mierda —dice apoyándose en mi hombro.

Suspiro acariciando su cabeza, porque sigue acostado sobre mí.

Sé que está cansado y los minutos después, se mantiene en silencio.

—Eres adorable y violento, en medidas iguales.

—¿Es ese un cumplido? —pregunta mirándome con flojera.

—Lo es —susurro acomodando su cabello y él cierra los ojos— no me sorprendería que tengas sueño, porque no has dormido.

—Si tengo —afirma con la voz suave— ¿Me llevas a la cama, Ohm?

—Sí.

Me levanto con cuidado para cargarlo, y camino con él, agarrando la almohada que ha traído con el brazo.

Resoplo al llegar, bajándolo con cuidado, pero me jala, cuando voy a irme.

—No te vayas, o te gritaré.

Le creo, así que obedezco, acostándome a su lado.

Tiene los ojos cerrados, y sonrío mirándolo, hasta que los abre y tengo que disimular.

—¿Por qué estás mirándome así?

—¿Yo?

—Sí, tú, me miras como si yo te gustara mucho, pero aún no me metes la polla, así que me confundes.

A veces, quisiera que Nanon tuviera un filtro en la boca, porque hace que me ponga nervioso seguido.

—Eres tan insistente con eso, que me has creado una inseguridad.

—¿Qué inseguridad?

—No estoy seguro de que sea bueno haciendo... eso, y vas a sentirte muy decepcionado.

Vuelvo a sentir mi corazón acelerándose, cuando se sienta sobre mí, agarrando mi rostro.

—Eres lindo.

—¿Qué?

—Cuando hablas, creo que eres el Alfa más lindo que he conocido, y no me gusta sentirme así de desarmado por ti.

Cierro los ojos, porque me besa, y le correspondo atrapando lento sus labios.

—Y no tienes que preocuparte, Ohm, para ti los requisitos son sencillos, tienes que tener una polla, y tienes que meterla en mí, con eso es suficiente, no estaré decepcionado.

Me río, acariciando su cintura.

—Creo que soy capaz de hacerlo.

Quiero girar los ojos, porque suena la puerta, y Nanon la mira con flojera.

—Los odio —dice levantándose.

Escucho cuando abre, y la voz que me llega es de mi persona menos favorita acá.

—Vamos a salir, vístete.

—Estoy…

—Me importa una mierda, no soy tu secretaria, ni tengo que rogarte para que hagas tu trabajo, nos toca ir a revisar cargamento, y eso haremos, así que vístete.

Nanon se acerca de nuevo a la habitación y lo veo abrir el armario, para sacar su ropa.

Esto no parece ser una conversación, y creo que no quiere pelear, así que yo me quedo en silencio.

—Entiendo que no estés de buen humor hoy, Chimon, pero no me provoques, porque yo no he dormido una mierda, así que no soy el más paciente del mundo ahora.

—Pues empieza a organizar tu horario, porque abrirle las piernas toda la noche al idiota que quieres mantener aquí, no es una justificación para faltar.

Huelo que esto va a terminar mal, porque Nanon está muy enojado ahora.

—Lo que mis piernas hagan no es tu problema, porque no voy a faltar.

Nanon desaparece de mi vista, y escucho la puerta luego, siendo tirada con fuerza.

No estoy seguro de qué tanto debo preocuparme por esto, pero Chimon parece estar más violento de lo normal.

Zona roja || OhmnanonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora