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NANON

Llevo mucho tiempo de mi vida trabajando con Chimon, y creo que nunca me había sentido así de incómodo antes.

—¿Vas a decirme qué te ocurre?

—¿Tú realmente piensas que es tu Alfa, Nanon?

Resoplo, tratando de concentrarme en la carretera.

—Tú sabes lo que pienso sobre eso, eres mi mejor amigo.

Lo miro, porque golpea el volante con fuerza.

—Yo sé lo que piensas, pero empiezo a creer que esto es diferente.

Suspiro, intentando negar débilmente con la cabeza.

—No lo es.

—Eso espero porque terminará mal, si continúas de esta manera.

—Yo lo sé.

—¿Qué es lo que sabes? —pregunta girando en la esquina— ¿Si entiendes que él no es como nosotros?

—Yo lo sé —repito más fuerte porque empieza a molestarme.

—Apenas te conozca de verdad, saldrá huyendo, para alguien normal, esta mierda es una película  de terror.

—SÍ —susurro mirando por la ventana.

—Nanon —dice estacionándose a un lado y eso me confunde.

Aún no hemos llegado.

—¿Qué pasó?

—¿Por qué te cuesta tanto entender que yo si te puedo amar como eres?

No lo miro, porque siempre intento evadir las conversaciones así.

Solo no quiero que se vuelva raro para nosotros, porque voy a convivir con él, probablemente el resto de mi vida.

—Yo si te conozco, a mí no me asusta tener que lidiar con tu pasado, ni el estilo de vida que tienes.

—Y por eso agradezco que seamos mejores amigos —respondo intentando evitar otra confrontación.

No me gusta pelear con Chimon.

Retrocedo pegándome al asiento, asustado porque me agarra el rostro, moviéndose hacia mi lado.

Mi lobo entra en alerta, porque me siento acorralado.

—Sí, somos mejores amigos, por eso sé que nadie podría ser un mejor Alfa para ti que yo.

—No me toques, estás asustándome —digo sin quitarlo, porque tengo la confianza de que va retirarse.

—Literalmente dejas que te folle cualquier puto Alfa que se cruce contigo, ¿por qué nunca me has dejado hacerlo si tú sabes perfectamente de qué manera te veo?

—Chimon —repito nervioso porque ha bajado sus dedos a mi cuello, y está respirando muy cerca de mí— estás asustándome.

—¿Te asusto yo y no los putos desconocidos que metes a tu cama? —me pregunta riendo.

Lo empujo, cuando me besa, y muevo mi mano a la puerta, intentando abrirla, porque me quiero bajar.

Estoy temblando.

No me asustan los Alfas, ni tengo un problema para defenderme, pero estoy sintiéndome mareado, porque Chimon no se ha quitado aunque se lo he pedido.

Cuando era un niño sucedía seguido, nunca sentí que alguien me escuchara, cuando les decía que no.

—Nanon —dice bajando del auto también y lo miro, tratando de respirar bien— oye, lo siento, perdón, es que estos días…

—Cuando te conocí —susurro interrumpiéndolo— volví a sonreír, porque entendí que no todos los Alfas querían hacerme daño, y ahora, estoy asustado, porque tú no eres la persona que creí.

—Yo jamás te haría daño.

—Te pedí que no me tocaras —digo caminando a la carretera, porque quiero regresar.

—¡Nanon!

—Me conoces, ¿no? —pregunto limpiando mis lágrimas, y lo escucho caminar detrás de mí— te di mi confianza, después de todo lo que me pasó.

Chimon sabe que me aterra que los Alfas me toquen, cuando no es bajo mi control.

Se lo permito, porque confío en él, pero le dije que estaba asustándome y sabe que cuando eso ocurre, debe alejarse.

Volteo, cuando agarra mi brazo para detenerme.

—Le voy a contar a Jimmy —le aviso  transformándome, para correr más rápido a casa.

Zona roja || OhmnanonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora