Epílogo.

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NANON

Mucho tiempo después.

Aveces me preocupa que Chimon se quede cuidando a mis hijos, pero ya hicieron llorar mucho a First y alguien tiene que reemplazarlo.

—Salta más alto, ¿acaso eres un cachorro? —le pregunta a Ponn, y yo giro los ojos.

—Sí, es un cachorro que con esfuerzo puede mantenerse de pie —digo lanzándole una pelota en la cabeza.

—Nanon, si vas a cuestionar mis métodos de cuidado, no voy a ser su niñero, porque yo no estoy acá para darles amor, estoy acá para entrenarlos.

Me río, porque Ponn le vomita.

—Te dije que no debía jugar, acá de tomar la leche.

—Mírate, Ponn —dice levantándolo y agarra su toallita para limpiar su boca— no aguantas nada, mantén la leche en el estómago, ¿acaso eres un cachorro?

Oh, definitivamente Chimon no va a entenderlo, pero sé que él de verdad disfruta de pasar tiempo con ellos, y ya tiene un favorito.

Volteo a ver a Jimmy que se ha dormido con Pluen después del desayuno.

Amo estos momentos de paz, y hablo de los momentos en que no tengo que encargarme yo.

Es que he estado cansado estos días.

Que Jimmy y Chimon no puedan tener hijos, y que First no tolere lo suficiente a los Alfas como para tener uno, suena a que yo voy a tener tres niñeros para siempre.

Me levanto para salir del piso, que ahora es de Ponn y Pluen, y camino a las escaleras para bajar.

Cuando entro a la oficina de Ohm, sigue sentado en el escritorio marcando puntos en los planos.

He estado buscando un espacio solos, para hablar con él, pero siempre está ocupado.

—Me duelen los pies.

—A mí me duele la cabeza, porque llevo horas intentando escoger los lugares en la ciudad que servirán para construir los nuevos bares —dice sin mirarme.

Cruzo los brazos, inflando mis mejillas.

—Me duelen mucho, Ohm.

—Entonces siéntate, o te van a doler más.

—Así que no te importa —digo sentándome en el rincón y él gira.

—Amor, estoy trabajando.

—Así que el trabajo es más importante que yo, tu Omega que puede morirse por el dolor.

Volteo la cara para ya no mirarlo, y se acerca, agachándose al lado de la silla.

—Amoooor —alarga agarrando mis manos para besarlas— lo siento, tengo demasiadas cosas en la cabeza ahora, ¿si te duelen mucho?

—No mucho, pero quiero atención.

Él sonríe, acercándose a mis labios.

—Bueno, ya la tienes, ¿qué vas a hacer con ella?

Jadeo porque baja sus dedos por mi marca en el cuello, y atrapa mis labios, pegándome a la silla.

Le doy espacio cuando baja la mano a mi pantalón para quitarlo.

—Espero que usen protección —dice First entrando y Ohm se quita rápido— Pluen y Ponn fueron ese detalle que me hizo confirmar que no quiero tener hijos.

—¿Por qué no puedes tocar?

—¿Por qué no pueden poner el seguro? —responde con una pregunta, antes de salir.

Ohm me mira, riéndose.

—Probablemente va a tener que soportarlos a los dos por mucho tiempo más.

Yo suspiro, ladeando la cabeza.

—Bueeeeeno...

—¿Bueno?

—Tal vez tenga que soportar a tres.

—¿Por qué?

Es increíble que no haya en su rostro ni el mínimo rastro de sospecha.

Muevo mi mano al lado y saco la prueba de mi bolsillo.

Él la mira cuando la pongo frente a sus ojos.

—Oh, bebé, ¿tienes fiebre?

—No es de temperatura, Ohm, es de embarazo.

—Aaaaah, ¿de quién es? —pregunta agarrándola.

Se cubre, cuando golpeo su hombro.

—¿De verdad?

Parece procesarlo por unos segundos y entrecierra los ojos.

—¿De ti?

Sí, probablemente Ohm es lento para algunas cosas, pero hace bien su trabajo y es un gran papá.

Al final, creo que fue una buena idea mantenerlo vivo.


🌻

Fin.

Esta historia tiene un E X T R A que puedes leer en OUR SKYY, un libro que encontrarás en mi perfil. 🩷

Zona roja || OhmnanonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora