OHMAcostumbro salir al parque a leer, siempre frente a la biblioteca, porque no tengo mucho que hacer en las tardes, después de la universidad.
Suspiro marcando una frase que me ha llamado la atención.
“La experiencia me ha enseñado que los peores hijos de puta son los que no tienen aspecto de serlo…”
Es buena.
La verdad es que no sé mucho del amor.
Nada, en realidad.
Muevo mi cuello para estirarme, apoyando mi cabeza en el árbol que tengo detrás, y veo frente a mí a un chico, que es lindo.
Puedo olerlo y sé que es un Omega, que se queda parado ahí, mirándome también.
Mi respiración es algo irregular, porque me sonríe.
No soy un Alfa impresionable, y conseguir una pareja nunca ha estado en mi lista de prioridades, pero él es bastante inesperado.
—¡Nanon! —grita otro chico desde el auto estacionado a un lado y yo lo miro— ¿Qué mierda ves?
En ese momento, veo que el Omega bonito levanta el arma que no había notado que tenía en la mano derecha, y le dispara en la cabeza al chico que está sentado junto a la fuente.
Ahogo el sonido de sorpresa que se queda en mi garganta al ver la sangre, y no me siento capaz de reaccionar...
Hasta que lo escucho dirigirse a mí.
—Oye, Alfa —dice mirándome directamente— voy a sacarte los ojos bonitos que tienes, si me acusas con la policía, ¿oíste?
Mis labios aún no logran abrirse, mientras lo veo correr al auto que está esperándolo.
Desaparecen por la avenida, y mi corazón sigue golpeando fuerte mi pecho.
Supongo que… no debo hablar.
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Zona roja || Ohmnanon
Fiksi PenggemarDespués de ser testigo de un asesinato, Ohm conoce un lado de la ciudad que no sabía que existía.