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Nanon.

Odiaría tener que admitir que me gusta estar acostado con Ohm rodeando mi cintura con sus manos.

—Quítate —susurro pegándome más a su cuerpo.

Entrecierro los ojos, porque se ríe.

—Llevas horas diciendo eso, pero no te veo intentar alejarte.

Trato de moverme, aunque estoy cómodo calientito, porque tengo una reputación que mantener.

—Pues me voy —le aviso destapándome.

—¿A dónde? —pregunta devolviéndome a su lado.

Jadeo cuando hunde su rostro en mi cuello, cubriéndome de nuevo.

Me calienta sentir sus colmillos rozando mi piel.

—Por ahí —susurro mirándolo con una sonrisa.

Ohm es lindo a veces.

Cuando me mira como un cachorro que no quiere ser abandonado.

—No quiero —responde abrazándome fuerte de nuevo.

Llevo mi mirada a su mano derecha, porque baja por mi trasero, y no sé si es intencional, pero yo sí tengo intenciones de repetir.

Agradezco que no nos hayamos vestido.

—Ohm.

—Dime —dice suavemente colocando su carita en mi hombro.

—¿Follamos?

Siento un hormigueo en la entrepierna, al notar como su mirada se oscurece, y asiente.

—Sí.

—¿En serio? ¿Tan fácil eres ahora?

—¿Tú crees que podría decirte que no? —pregunta acariciando una de mis piernas.

—Lo hacías antes —menciono haciendo un puchero— me sentía feo contigo.

Él estira la mano a mi rostro y sonríe, aplastando mis mejillas.

—Eres tan bonito, que podría morirme de amor ahora mismo.

Bueno, suficiente autocontrol.

Lo empujo al otro lado de la cama, y bajo mis labios hasta su entrepierna luego de acomodarme, para meter su pene en mi boca.

Sonrío cuando succiono un poco la punta, y cierra los ojos tirando la cabeza hacia atrás.

Podría correrme solo por lo caliente que se ve así.

Supongo que la vida está nivelando todo lo malo que me ha pasado, porque no tengo otra explicación para que este hombre esté en mi cama ahora.

Ni siquiera creo en Dios, pero si este de verdad es el Alfa que me tocó, voy a rezarle para darle las gracias.

Siento mi erección dura empezando a humedecerse, cuando Ohm agarra mi cabeza, y la empuja más rápido contra su polla.

Creo que atragantarme con lo grande que es, suena a una manera muy buena de morir.

Ambos nos detenemos, cuando la puerta se escucha, y sería capaz de hacer un berrinche justo ahora por eso.

Necesito vacaciones, para coger con mi Alfa en paz.

—Nanon, vamos a hablar.

Me pongo tenso, al escuchar la voz de Chimon y por la mirada que me da, sé que Ohm lo ha notado.

—¿Qué pasó?

—¿Qué?

—Algo pasó, tus músculos están rígidos, te pusiste en estado de alerta.

Cruzo los brazos con molestia.

—¿Por qué eres tan observador?

—Lo soy solo con quien me importa —responde acariciando el borde de mis labios.

Sonrío, sin poder evitarlo, y aunque suelo ser reservado con mis problemas, quiero decirle.

—Él me beso, y e-estaba sobre mí aunque le pedí que se detuviera.

Agarro con fuerza su muñeca, porque noto que va a pararse.

—Ohm, no, no quiero que te metas, yo voy a alejarme, no le digas nada, hablaré con Jimmy sobre esto, para que se encargue.

—¡Pero como no voy a decirle algo!

—¿Vas a intentar darle una charla de moral? —pregunto soltando una risa irónica— él te podría matar antes de que abras la boca.

—¿Es lo que piensas de mí? —suelta cambiando el tono de su voz— ¿No crees que puedo ser un buen Alfa?

—Yo no necesito que me defiendas, esa no es mi definición de un "buen Alfa" —le aclaro— he matado a tipos que han hecho mucho menos que eso, pero le voy a pasar el problema a Jimmy, porque esto es diferente, nos afecta de una manera compleja y...

—Bien, encárgate, iré a tomar una ducha —me interrumpe levantándose.

—Si vas a molestarte porque yo no necesito de ti, solo demuestras ser instintivo como el resto de Alfas idiotas que tienen el cerebro del tamaño de un maní.

—Pues discúlpame por tener las instintivas ganas de cuidarte, Nanon, yo no puedo manejar todo el tiempo al lobo dentro de mí, que en este momento se siente primitivamente herido, porque mi Omega me hace sentir un inútil.

Me quedo callado, porque tengo un nudo extraño en la garganta, cuando tira la puerta.

Me afecta más de lo que me gustaría admitir, porque me aterra que vaya a abandonarme por un Omega que no lo haga sentir así.

Zona roja || OhmnanonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora