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NANON

Empiezo a creer que no tenía idea de lo bueno que era el sexo, hasta que Ohm me tocó.

Supongo que tiene que ver con que jamás le permitía a otros Alfas tocarme y es que siempre estaba a la defensiva, porque nunca confié en ellos.

Pero le puedo dar el control a Ohm, porque sé que no me hará daño, y me permito apagar mi sistema de defensa con él.

—Estás mirándome —dice aún con los ojos cerrados.

—¿No puedo?

Sonrío porque gira hacia mí, y sonríe.

—Puedes.

—Eres muy guapo, me gusta verte —susurro trepando a su cuerpo.

—¿Por qué estás tocándome así? ¿Quieres más?

—Suena bien.

—¿De verdad? —pregunta bajándome con cuidado— estuviste montado en mi pene toda la noche, ¿cómo es que tienes tanta energía?

—¿Entonces ya no quieres?

—Eso no es lo que trato de decir —se corrige subiendo sobre mí.

—¿Qué hacen?

Siento que mi corazón va a salirse de mi pecho, cuando escucho a Jimmy, y Ohm regresa a su lugar, asustado también.

Agradezco que sea rápido al cubrirnos.

Maldita sea, tengo que quitar su huella de mi puerta.

—¿Por qué entras sin tocar?

—Pensé que estabas gritándole como siempre, y  quería asegurarme de que estuviera vivo —dice sentándose en la cama— Ohm, ¿vamos a comer?

Ohm me mira, y yo niego con la cabeza.

—No, gracias.

—Amigo, eres una vergüenza para los Alfas, mírate, dejas que este Omega tonto mande en tu relación —responde y luego me mira a mí— sin ofender, porque eres mi Omega favorito, Non, pero esta es una charla de hombres

Giro los ojos, apoyándome en la almohada.

—Prefiero quedarme con mi Omega, porque él me da algo que me gusta más que comer —suelta Ohm sorprendiéndome.

—Me ofende, pero lo entiendo —dice levantándose— oye, Nanon, ¿tú no piensas ir a trabajar? Bright dice que ayer Chimon estuvo moviendo todo solo.

—Él me quiso forzar a besarlo, aunque le pedí que me soltara, cuando estabamos en el auto.

El cambio de expresión que tiene, es bastante notorio, y puedo ver sus colmillos apareciendo.

—¿Estás bien?

—No quiero hacer equipo con él, Jimmy.

—No tienes que hacerlo, yo me encargo, pequeñito —responde removiendo mi cabello.

Me siento más tranquilo cuando sale, porque sé que se encargará.

Nunca he tenido que preocuparme, cuando Jimmy lo hace por mí.

—Jimmy es genial —digo soltando un suspiro.

—¿Lo quieres o qué?

—Yo lo adoro, siempre ha sido mi persona favorita.

Ohm parece estar a la defensiva ahora.

—¿Te gusta?

Agarro una almohada para golpearlo con ella, varias veces.

—A veces si eres idiota —respondo intentando ahogarlo— no digas esas tonterías o voy a matarte.

Jadeo cuando agarra mi cintura y me coloca a un lado, mirando mis ojos.

—Quiero que seas sincero conmigo.

Entiendo que realmente le preocupa, porque sus ojos están brillando.

—Nunca me ha gustado, Ohm.

—¿Nunca nunca?

—Nunca, a mí solo me gustas tú.

Suelto un gritito de sorpresa, porque me voltea con facilidad, y mueve mis piernas, acomodándose detrás.

Mi cuerpo se estremece, cuando acaricia mis muslos, y siento su lengua entrando en mí.

Sé que no voy a durar mucho sin llegar, maldita sea.

Cuando empieza a estirarme con sus dedos, mis sentidos están inestables.

Me sorprende que este hombre crea que yo podría fijarme en otro Alfa.

Siento mis ojos llorosas cuando termina de prepararme y se mete hasta el fondo.

Tan grueso.

—Eres perfecto —digo girando un poco, para verlo a los ojos.

—Es bueno que me veas así, porque soy tuyo.

Sí, es mío.

Mío, mío, mío, mío, mío.

Es lo único que suena en mi mente, mientras lo escucho golpear su entrepierna contra mi trasero.

Intento cubrir mis gemidos con la almohada, porque incluso si no me importa un carajo que me escuchen afuera, empiezo a preocuparme por mi dignidad.

—¿Estás bien? —me pregunta varios minutos después, pegando más su pecho en mi espalda.

Sí, estoy bien, si ignoramos que tengo las piernas temblando y que no estoy seguro de cuánto tiempo más van a aguantar.

Apenas puedo pensar, porque tengo escalofríos de placer pasando por todo mi cuerpo.

La forma en que Ohm gruñe cerca de mi oído, desde atrás, empujando su pene, cada vez más duro, es mi sonido favorito ahora.

Ya no estoy dispuesto a intentar controlarlo, él me tiene, ya soy suyo, y mi parte instintiva está ganándole a la racional.

Quiero que me marque, y que todos sepan que es mi Alfa.

En momentos así, creo que yo le permitiría ponerme una correa si me jura que nunca va a irse.

No quiero que se vaya.

—¿Tú estás bien? —pregunto mirándolo y él jadea, ladeando la cabeza.

—Voy a estar mejor cuando me corra en ti —dice bajando sus labios a mi cuello— ¿Debería disculparme por la necesidad que tengo de anudarte?

Mis dedos se aferran más fuerte a las sábanas, y cierro los ojos, porque he llegado al escucharlo.

Mi lobo adora que quiera hacerlo.

Lucho contra esas instintivas ganas de confesarle que necesito que lo haga, porque la idea de darle cachorros, empieza a parecer buena.

—Hazlo.

Creo que solo estaba esperando mi permiso verbal, porque siento al instante su semen caliente llenándome.

Maldita sea, creo que voy a correrme de nuevo.

Me dejo caer en la cama, porque es todo lo que puedo soportar.

No sé que tan normal sea la emoción que tengo en el pecho, porque me abraza, dejando besos pequeños en mi espalda.

Siento que él podría quererme y eso es raro, pero me gustaría que así fuera.

—Tú eres mi persona favorita ahora —suelto sin mirarlo, porque me apena decírselo— Jimmy me salvó la vida, y yo jamás podré terminar de agradecerle todo lo que ha hecho por mí, pero tú eres mi Alfa, y aunque suene estúpido, instintivamente tengo la idea tonta de querer pasar mi vida contigo y...

—No suena estúpido, suena bien.

Sonrío al escucharlo, y cierro los ojos, porque quiero descansar.

Sí, tal vez suena bien.

Zona roja || OhmnanonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora