Zona roja || Ohmnanon

38

OHM

Escuché perfectamente a Jimmy decirme lo que ocurrió, y mencionó que era importante que descanse, pero no he podido dormir mucho.

Abro mis ojos, y veo a Nanon acostado en la cama del lado.

Ha estado ahí toda la noche, pero no podía hablarle, porque no tenía las fuerzas para volver a mi forma humana.

—Tengo mareos desde que desperté —digo transformándome por fin— ¿Crees que es un dato importante que debo decirle a Jimmy?

Él se levanta rápido, y me mira con los ojos muy abiertos.

—¡NO TE TRANSFORMES! —grita poniéndose de pie y camina hasta mi lado, para acomodarme de nuevo en la cama— no muevas la cabeza, solo descansa, ¿sí?

Me arrepiento un poco por haberlo hecho, porque en mi forma humana, el hombro me duele más.

—No es para tanto, Non, seguramente no lo escuchaste, pero Jimmy dice que no fue grave, la bala no entró en mi cabeza, o yo podría estar muerto ahora.

Me mira ofendido.

—¿Cómo puedes estar tan tranquilo? —me pregunta cruzando los brazos— ¡Pensé que ibas a morir!

—También yo —digo sinceramente— y mi último pensamiento fue que ibas a enojarte mucho conmigo por haber muerto, porque estaba en medio de una pelea, y tú ya me habías dicho que no salga del piso.

—Pues sí, estoy molesto y si te mueres voy a molestarme mucho más, así que tienes prohibido morirte.

—¿Entonces te preocupaste por mí? —pregunto sonriendo.

—Un poco —dice desviando la mirada.

—¿Significa que me quieres?

Él resopla, agachándose hasta estar a mi altura, y se apoya en la almohada, agarrando mi rostro.

—Escucha bien esto, porque no te lo voy a repetir.

—Está bien —respondo intentando asentir, pero me regaña, porque ya me ha dicho que no mueva la cabeza.

—Significa que te amo —dice haciendo un puchero.

Noto como las lágrimas se acumulan en sus ojos, y mi corazón se agita.

Es la primera vez que lo dice.

—Oye, no llores —susurro intentando levantarme de nuevo, pero mi hombro no me deja— estoy bien, de verdad, pensé que habías dicho que era normal que le disparen a la gente en este lugar, además Jimmy es un buen doctor, no tienes que preocuparte tanto por mí.

—Me preocupé, porque pensé que iba a perder lo mejor que me ha pasado en la vida, ya no me parece bonito vivir, si tú no vas a estar conmigo, quiero que lo que tenemos me dure para siempre.

—Es lo que quiero también —respondo al instante— quiero que dure porque te amo, y siento mucho haberte preocupado así, mi amor.

Suspira cuando toco su carita, para limpiar sus mejillas.

—Si te mueres, voy a golpearte, Ohm.

—Creo que es justo —digo intentando asentir de nuevo, pero vuelve a señalarme con el dedo.

—No te muevas más y vuelve a tu forma animal, le diré a Jimmy que despertaste.

—¿Él ya está bien con Chimon?

—¿Qué?

—Me disparó porque estaba celoso —le cuento riendo.

—¿Por qué te parece gracioso?

—Es que se molestó, porque Jimmy comió conmigo y no con él.

—No es divertido, Chimon te disparó —responde más serio.

—Tú le disparas a las personas incluso si solo te saludan cuando no estás de buen humor.

—Él te disparó a ti, es diferente.

—No lo es, son personas como yo —digo serio también— ¿Qué? ¿Estás enojado con Chimon?

—¡TE DISPARÓ, OHM!

—Lo escuché antes de que lo hiciera, no creo que haya querido hacerme daño, él solo estaba muy interesado en obtener una respuesta de Jimmy.

—¿Y crees que puede dispararte por eso? ¿Te parece normal que sea tan idiota?

—Probablemente si fuera un asesino como él, le dispararía a cualquier Alfa que intente acercarse a ti.

—No puedo creer que estés justificándolo, yo lo odio y lo quería muerto, hasta que Jimmy me dijo que está enamorado de él, eso me dejó sin opciones y solo me queda golpearlo, antes de que se vaya para siempre, porque no quiero volver a verlo.

—Si tu interés es vivir bien en este lugar, no es inteligente echarlo.

—¿Qué?

—Hice mi tarea y me sobró el tiempo para analizar algo más, es que me interesaba comprender porqué cinco personas son capaces de manejar una ciudad sin leyes, llena de gente peligrosa, y entendí la dinámica, Bright está arriba, él es la mesa que se sostiene con sus cuatro patas y si le cortas una, se acabó.

—¿Dices que sin Chimon no podríamos hacerlo?

—No podrían hacerlo, estoy seguro, incluso si intentan mantenerse de pie, caerían, uno por uno.

—No puedo creer que estés diciéndome esto, ¿él te agrada?

—No creo que sea agradable, y me asusta la mayor parte del tiempo, pero él no es tu enemigo; si yo fuera el líder, sabría que le conviene a todos que se quede.