Capítulo 20

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2 de octubre del 2016

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2 de octubre del 2016.
Sicilia, Italia.

"punto di rottura"

Camino sin siquiera fijarme mi alrededor mientras aprieto con fuerza aquel trapo de fina tela que seguro vale más que lo que llevo puesto, ya que con él limpie la mesa de roble del salón secundario, pero ahora eso no me importaba, ya que solo podía tener en mente al estúpido de Ethan y sus pensamientos de mierda que me llevaron a revolver un pasado que debería estar más que enterrado. Me hizo escarbar en la mierda que llevo dentro para demostrar cosas que ya deberían estar claras.

Suspiro mientras me encamino rápidamente a la cocina, ya que mi trabajo por hoy acabó y no pienso mover un puñetero dedo más por un hombre que solo viene a evaluar la maldita situación, que ya todos tenemos en claro que es una mierda.

Raina, calmante y piensa en frío, porque te llevarás el mundo por delante y créeme que no te conviene. Si me convierto en una estúpida que se deja llevar por sus sentimientos y no por lo que pasa por su cabeza me condenó, sin más. Es así de simple, si no razonas con la mente primero, tu corazón te manda al muere.

Sigo pasando habitaciones sin parar hasta que en medio de una choco de direcciones con un hombre que no creí ver en mi vida y que se dirigía al lado contrario del que yo venía. Y curiosamente no solo me di cuenta cuando pase al lado de su presencia, si no que me perturbó el hecho de su aura, que fue como un golpe seco a la mía.

Caminaba serio, con un porte altivo, recto y con la mirada en alto. Pero algo sucede cuando vi sus movimientos, expresiones, sus manos detrás de su espalda y rápidamente reconocí esa postura, que me obligaron a tener toda mi vida. Era la postura y el porte de un soldado, pero aquel hombre repleto de canas y unos ojos cansados tenía toda la mierda del mundo, menos el honor de un soldado.

Me frené casi al borde del asco e indignación, porque mientras el hombre continuaba con su camino ni siquiera se volteó a darle una mirada de reojo, fue como si yo fuera insignificante y ordinaria una más entre miles, pero eso era algo imposible, porque si bien ahora soy Freya Parasi ni siquiera eso importa, yo llamo la atención hacia donde quiera que voy, no solo por mi apariencia, si no por mi esencia y aún más se quedan boquiabiertos cuando digo quien soy.

Raina Salvatore, ese nombre carga con peso e historia, nadie puede negar lo innegable y es que solo con una mirada asesino y no pienso dejar que este ser inferior a mí me rebaje ni se crea más.

Suspiro y trato de calmarme para no cagar esta situación que cada día es más crítica, pero cuando estoy en marcha escucho una voz grave y cargada de egocentrismo por naturaleza, incluso cuando ni siquiera quería.

—El salón secundario no estaba completamente limpio y en las condiciones necesarias para que yo esté presente—habló viendo su traje impoluto y sin una sola arruga—límpialo otra vez hasta hacerlo bien.

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