Capítulo 33

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21 de octubre del 2016

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21 de octubre del 2016.
Sicilia, Italia.

"il tradimento non viene mai da un nemico"

Mi cabeza daba mil vueltas mientras la noche me absorbía por completo y me hundía en su extraña melancolía. Me llevé el cigarro a los labios, para luego de una calada soltar el humo por la nariz mientras apoyaba mi ancha espalda en aquel viejo árbol. Estaba demasiado cansado, no solo por haber pasado todo el día detrás de ese drogadicto sin remedio que solo habla sandeces sin parar, creyéndose el rey del universo, aunque supongo que tiene motivos para creérselo, tiene dinero, poder y belleza, las cualidades que te posicionan en lo más alto en este mundo, aunque a veces te hunden en la más asquerosa miseria y yo bien lo sabía.

Suspiro mientras recuerdo mi vida meses atrás y es que realmente lo tenía todo, o casi todo, al menos era parte de los Survivors y era parte de una proclamada Tropa con la cual conquistábamos al mundo, éramos poderosos e invencibles, porque aunque teníamos enemigos nadie estaba a nuestra altura, éramos famosos en el mundo militar e incluso en los bandos más bajos del planeta, pero todo se jodio, lo estamos perdiendo todo hace meses, desde ese momento exacto donde nos internamos en el núcleo de Italia y ahora estamos incomunicados con nuestra organización, lejos de nuestra nación, alejados de nuestra familia e inclusive amigos, únicamente para asesinar a la mafia más importante del mundo. 

No voy a negar que al principio me emociono la idea de por fin poder acabar a esa tan proclamada mafia que tan irrompible era, me llenaba de ego al creer que nadie podría con nosotros y menos luego de tanto que hemos pasado, defendí con sudor y sangre el plan de mi Élite, confiando plenamente en nosotros, incluso cuando llegamos a Italia y los días transcurrían a la normalidad creí que todo lo que decían de los Giordano era mentira, parecían la típica familia cliché sin ninguna imperfección y que sería demasiado fácil acabar con unos hermanos que solo tenían soberbia y un imperio ya creado que sólo debieron gestionar, pero nada resultó como creí, los días pasaban y poco a poco la máscara de la perfección se les iba cayendo de la forma más hipócrita y falsa posible, o al menos a Zeus y a Hades. Pero cuando todo se fue realmente a la mierda fue cuando el hermano del medio estaba tan drogado que apenas se podía mantener de pie y solo repita incoherencia tras incoherencia, que hablaban sobre lamentos y un perdón hacia una mujer que jamás supe quién era, mientras se miraba las manos con sumo asco, hasta que llegó su dulce hermana preocupada hasta la médula por su hermano mayor, comenzando a lanzar gritos desesperados haciendo que tanto Lorenzo como yo nos quedáramos en nuestro sitio, sin saber muy bien que hacer, hasta que Hades hizo acto de presencia desatando lo peor de todo y trayendo con sí un caos arrasador, que solo hizo que Zeus se drogue más y que a la pequeña Giordano una mueca de tristeza le adornará el rostro.

Ese fue el día donde comenzó mi infierno. Días después de aquel incidente me encontraba desnudo en medio de la nieve de Bielorrusia, siendo arrastrado mientras mi piel se quemaba a causa del frío y me lanzaban a lobos como si fuera una puta carnada. Solo podía gritar, lamentarme e intentar sobrevivir mientras trataba de mantener mi papel de Theo Bernardi, un hombre experimentado pero no demasiado como Stefano, así transcurrió el tiempo entre torturas, hambre, frío y dolor, intentando ser fuerte, aunque ya las esperanzas o creencias de serlo se iban por la borda.

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