Capítulo 21

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3 de octubre del 2016

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3 de octubre del 2016.
Zona Área de Austria.

"Rapimento russo"

Sobrevolando los cielos del pequeño país vecino, Zeus con sus codos sobre sus rodillas juega como un niño pequeño con la navaja que robó hace unas cuantas horas al hombre de gran porte y masa muscular que solo observa al hermano del medio con puro repudio y ganas de una venganza, aunque todavía Zeus siquiera le había hecho algo de lo que pasaba por su retorcida y asquerosa mente.

Al Dios del trueno tan solo le había tomado exactamente tres días llevar a cabo este secuestro, ya que simplemente cargó con sus hombres de confianza, aquellos que están tan mal de la cabeza al igual que él, luego usó su jet privado y en cuestión de horas ya estaba pisando el futuro territorio enemigo, más concretamente Moscú, la capital de la gran y reconocida Rusia, en donde yace el palacio helado de la prestigiosa y benevolente familia Kozlov, aquella que es dueña de la mafia Roja o mejor conocida como la Bratva y la segunda en unirse al tratado G.R.A.Y gracias al sádico Viktor Kozlov, quien reinó como Boss en la misma era en la que Donato estaba al mando.

Para la descerebrada cabeza de Zeus el plan no tenía fallos, pero ni siquiera existía un plan, porque aterrizó lo más cerca que pudo del palacio cubierto en nieve e hizo explotar su maldita entrada a las tres de la madrugada y mientras todo volaba en un millón de pedazos, sin pensarlo empezaron los bombardeos y tiros por doquier, pero Zeus fue hacia su objetivo rápidamente y que curiosamente se hallaba en su oficina junto a su primogénito Alek Kozlov, al cual pasó de largo sin saber que verdaderamente él era el culpable de la caída de sus cargamentos de alucinógenos.

Fue una contienda complicada y para nada pacífica, ya que duró media hora, pero en realidad parecieron veinte años porque el Boss de la mafia Rusa no iba a dar su brazo a torcer. Y mientras Alek era sujetado de los brazos veía como capturaban a su padre entre siete hombres, ya que eso era lo requerido para atrapar a un hombre de su porte.

A Nikolay Kozlov se le deformaba la cara al no saber porque un miembro de la pirámide lo atacaba sin razón alguna, cosa que solo pudo tomar como una traición del patético de Zeus para joder a su hermano Hades, pero la realidad con la que se encontraría sería muy distinta, ya que por su hijo su nación temblaría ante la captura de su líder y una guerra se desatará entre las naciones que una vez fueron unidas, pero ahora solo serán enemigas.

Nikolay, aquel hombre de cuarenta y dos años, cabello largo y rubio junto a unos ojos verdes más claros que la misma agua, con una pronunciada barba que le da ese aire glorioso y colosal junto a su metro noventa y ocho. Él miraba a Zeus como si quisiera arrancarle la cabeza y era algo que tranquilamente podría hacer, ya que esa era la marca con la que asesinaba a sus enemigos, les quebraba el cuello y luego se los arrancaba del cuerpo sin un mínimo de escrúpulos ni mucho menos moral.

Mientras tanto, frente a él se encontraba otro sádico de ojos grisáceos y un cabello azabache, que disfrutaba ver así a quien le había sacado lo más preciado para él, su hermosa y placentera droga, ya que el ruso se hallaba atado de manos y pies junto con una mordaza en la boca, impidiendo preguntar o siquiera amenazar a quien tiene enfrente.

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