Capítulo 36

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1 de noviembre del 2016

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1 de noviembre del 2016.
Moscú, Rusia.

"verità che uccidono"

Siento aquel néctar pasar por mi garganta dejando a su paso ese característico sabor metálico que es el único capaz de calmar mi ira intermitente, pero esta vez creo que ni drenando a media población podré calmar el torbellino que hay en mi interior. Malditos hijos de puta.

Dejé aquella bolsa, ahora medio vacía, de aquel líquido para concentrarme en el saco frente a mí. Suspiro intentando calmar la ira que recorre mis venas al punto de querer hacerlas explotar. Me pongo en posición de lucha y con mis manos al descubierto y goteando sangre, comienzo a golpear ese saco duro y que ya hace unos minutos dejo de crujir, pero al darle en ciertos puntos estratégicos sigue produciendo ese celestial sonido que calma algo del enfado que hay en mi sistema.

Me tomaron de idiota y eso no lo permitiré jamás.

Hace tan solo unas horas tuve una reunión con mi mano derecha Gavrel Kaminski, en la cual comenzó a explicarme el funcionamiento de las labores rusas, entradas y salidas, puntos claves, horarios, puestos, jerarquías, refugios, enemigos y aliados. Me explico con sumo detalle todo lo que necesita saber un Pakhan para subsistir en un mundo como son las mafias, en donde es una puta ley de selva y solo el más fuerte sobrevive. Comentó sobre reliquias, leyendas y nombres importantes, pero había un pequeño, pero jodido, detalle que faltaba. Los secretos Rusos, aquellos que supuestamente estaban bajo las manos de nuestro mayores enemigos latentes, entonces con disimulo pregunté de su paradero, después de todo, era el nuevo Boss y estaba en mi derecho tener dicha información, exigí saber que sucedería ahora que los Giordano tenían el collar de mi padre, aquel que tanto proclamó ser la llave de dichos secretos.

Esperé cualquier mueca de preocupación y de accionar, menos que se riera en mi puta cara como un desgraciado, haciendo que mi sangre hierva de una forma salvaje provocando que voltee la mesa y lo sujeté del cuello de su camisa, mermando su estúpida sonrisa. Él trato de tranquilizarme pero veía rojo y sólo lo solté cuando me preguntó si creía a mi padre tan idiota y altanero para dejar la mayor ruina Rusa solo en su cuello. ¿Él no tenía la llave en su garganta? Pregunté como un idiota inexperto y Gavrel solo me contestó que el peor error de las grandes cabezas es tener altanería y soberbia, ya que nunca hay que descartar la derrota.

Luego de eso, no recuerdo más que toda la oficina hecha pedazos y a mi mano derecha preguntar a los gritos la razón de mi ira, pero no podía hablar, no cuando Gavrel me dijo la verdadera localización de los Secretos Rusos.

Ellos no solo me engañaron, se rieron por semanas en mi puta cara y jugaron con fuego. Mataron a mi padre, lo humillaron delante de nuestro pueblo y ahora me hacen creer que tienen armas para destruirnos, cuando en realidad no tienen una puta mierda. Estamos en igualdad de condiciones, aunque ahora tengo algo que ellos no, porque probablemente me están subestimando como un simple renacuajo que no tiene ni puta idea de como dirigir la mafia de un país como Rusia, pero ahora que tengo la verdad en mis manos, nadie me podrá parar.

Vendetta © [+21] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora