Capítulo 13

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26 de septiembre del 2016

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26 de septiembre del 2016.
Sicilia, Italia.

"Sotto gli artigli di Dio"

Paso con cuidado el plumero por aquella estatua de mármol que decoraba el final de las escaleras, en la zona más alta donde el vitral de atrás refleja millones de luces de colores que forman la imagen de una enorme G en toda la entrada.

Estoy arriba de esas enormes e imponente escaleras con las que me encontré apenas llegué aquí hace exactamente un mes y diez días, nunca le había prestado atención que al final de esta enorme habitación yacían estatuas de los mismísimos Dioses Griegos que representaban al linaje que ahora tiene el poder.

Las tres imponentes figuras están en línea, del lado izquierdo se puede divisar a una mujer de largos cabellos con una corona de flores acompañada de su larga y acentuada túnica, era la representación de la Diosa Deméter.

En el lado derecho se encontraba una figura más imponente y con aires de gloria, que con su brazo levantado parecía lanzar un rayo y que imponía respeto con su extensa cabellera y espesa barba que caía por su pecho descubierto, ya que la túnica sólo cubría la parte de abajo de su cuerpo, era la estatua del dios Zeus.

Y por último, frente a mí estaba la estatua que yacía en el medio de las otras dos, al comienzo de las escaleras y que estaba de espaldas al vitral, justamente abajo de la gran letra del apellido Giordano. Esta última era la que más oscuridad acarrea, porque su porte y su mirada eran firmes, mientras en su mano tenía un tridente más grande que el del mismísimo Poseidón y tenía sobre su cabeza de cortos cabellos una gran corona de púas dándole un aire melancólico, pero que se restaba al ver como la mano que cruzaba sobre su desnudo pecho tenía sujeta con fuerza una cadena de hierro que iba directo a lo que completaría dicha obra, ya que era nada menos que un sabueso de tres cabezas, una de ellas miraba al cielo, otra a la tierra y la última tenía fija su vista en el infierno, haciendo lucir a la obra del dios Hades como el significado de poder y caos. Era una perfecta línea de estatuas que representan los tres limbos del mundo y las tres divinidades a cargo de ellas.

Terminé de pasar el plumero y caminé unos cuantos pasos hacia atrás para mirar las tres esculturas, mientras pensaba en su estúpida necesidad de creerse reyes del mundo y de hacer resaltar aquellos patéticos nombres que cargan. Ellos necesitaban hacer todo a lo grande y hacer resonar su presencia, como si nunca bastará, ellos querían más y más sin importar el costo. Ellos deseaban que todos sepan que su apellido era sinónimo de poder, pero por fijarse tanto en las apariencias se olvidaron que para tener poder hay que poseer fortaleza, ingenio y sabiduría, el nombre es importante, pero eso se crea al tener las otras tres carteristas, porque al demostrar quien eres tu nombre se forma solo.

Suspiré mientras me giraba y desde arriba miraba ese lugar, donde estaba arrodillada y tuve que fingir que tenía miedo de las personas que me miraban desde arriba de la escalera. Sonreí a mis adentros sabiendo que ahora yo estoy arriba y que pronto serán otros los que teman mi presencia, solo es cuestión de tiempo para que las aguas se oscurezcan todavía más. El tiempo en ocasiones es tu mayor enemigo, pero ahora mismo lo obligó a jugar de mi lado sin trampas.

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