Capítulo 44

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2 de diciembre del 2016

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2 de diciembre del 2016.
Sicilia, Italia.

"storie simili lati diversi"

Mi cuerpo era sacudido por un pequeño temblor que me hacía estremecer por completo, mientras mi mente me gritaba que yo puedo con esto. No puedo fallar ahora. Trato de convencerme a mí misma, pero es tan difícil, me parece irracional y de una perra débil temblar por tener que traspasar una puerta para enfrentarme a mi peor pesadilla, pero aquí estaba, con mi pijama ya puesto en el vestidor de la que ahora es nuestra alcoba, sabiendo perfectamente que él ya se halla en la cama y probablemente esperando por mí.

He pasado por tanto en mi vida que me parece una locura ponerme así por su presencia, me sentía tan estúpida y buena para nada, porque ni siquiera la primera vez que lo vi a los ojos luego de quince años me puse así, pero quizás finalmente luego de tanto estoy al borde del quiebre. No, eso no sucederá conmigo.

Soy fuerte y soy capaz, debo de dejar de temblar, porque sino mi apellido quedará más bajo de lo que ya lo está. Debo ser leyenda y hacer honor a mi familia.

Joder, aprieto mis manos mientras mi sentido se nubla por completo ¿Cómo es posible esto? Hace tan solo horas estaba en medio de una fiesta donde me veía como una mujer capaz, fuerte, soberbia e invencible, pero ahora estaba aquí, dentro de estas cuatro paredes temblando por enfrentarme a la escoria que siempre odié con mi vida. Quizás y solo quizás se debía porque sentía que él podría llegar a ver dentro de mí, después de todo, es un monstruo cargado de altanería que a veces dudo si es capaz de ver a través de mi alma. Temía que el mundo entero sepa que yo no era lo que decía, porque detrás de todas esas subestimaciones se oculta una mujer cegada por su propio odio y que solo quiere terminar con todo, pero un hombre mayor que ella le repitió un sin fin de veces que no podía hacerlo, no antes de hacer justicia por mi familia, pero estaba tan cansada y harta. Carajo, no ahora, no voy a ponerme con esas mierdas sentimentales.

Suspiré y bloquee mis pensamientos, dejando a esa Raina débil y vulnerable en lo profundo de mi subconsciente, para sacar a la peor versión de mí, la más a la defensiva y errática dispuesta a llevarse por delante a cualquiera, aún sabiendo que estoy a un toque de romperme por completo.

Me calmé y poniendo el pecho a la bala salí del gran vestidor de Hades Giordano, para encontrármelo sentado en un sillón negro con sus codos sobre las rodillas y las palmas de sus manos sobre su cuello rodeándolo, mientras sus ojos estaban fijos en la puerta donde posteriormente salí, para enfrentarme a mi más grande desafío. Estaba con su pantalón de vestir y su camisa completamente desabotonada dejando ver su trabajado cuerpo, pero sin llegar a ser exagerado, ya que eso le quitaría delicadeza y elegancia a su porte de Dios del mundo.

Esperé ver una mirada de lujuria y deseo en sus ojos, pero cuando vi que en la mesa a su lado había un licor a las rocas con la botella a la mitad, dos cosas me quedaron claras; tarde más de lo esperado en el vestidor y él no tenía esos sentimientos dentro de su ser, aunque viendo sus ojos me quedó claro. Hades era un hombre que tranquilamente podría ser sinónimo de perfección ante su físico de Adonis y su inteligencia, pero carece de tantas cosas que termina por convertirse en un ser repugnante y que te dan ganas de arrancarle la puta cabeza, aunque quizás solo yo lo veía de esa forma tan grotesca, sin embargo, como en la noche en la biblioteca o como en su oficina pude ver algo más destellar en sus ojos, tal vez eran una mezcla de sentimientos, pero se podían reconocer tan bien. Ira, dolor, cansancio y principalmente desolación. Parecía un hombre perdido y hastiado de la vida, por eso quise sonreír ante eso, aunque yo también me estaba rompiendo con todo esto.

Vendetta © [+21] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora