Capítulo 25

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10 de octubre del 2016

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10 de octubre del 2016.
Sicilia, Italia.

"Ottenere tutto il potere"

Siento el cambio de temperatura cuando me arrojo a la cara agua helada intentando refrescar todos esos pensamientos que solo me hunden más y más a un pozo que parece no tener fin, ya que aunque medí mis pasos con absoluta precisión e hice todo lo que estaba a mi alcance, como entregar el maldito collar de Nikolay Kozlov, no sirvió para una puta mierda, ya que no tengo contacto con Hades hace una semana. Nada cambió, todo sigue exactamente igual, solo limpio y sigo las órdenes de Zinerva que parece estar más histérica que nunca y no sé con exactitud el por qué.

Quiero arremeter contra todo lo que está cerca, no solo por no saber que cojones sucede afuera, sino porque siento que toda esta mierda fue para nada y terminaré metiéndome dentro de una guerra nuevamente, pero esta vez conformada por las mafias más peligrosas del mundo y eso solo aumenta mi rabia. Parece que todo mi sacrificio por destruirlos desde dentro fue en vano, que lo que soporte en los calabozos fue algo sin sentido, que me humillaron y me dejé tocar por esa escoria para nada. Me siento más impotente que nunca y quiero romper todo lo que esté a mi alcance, incluida yo misma.

Suspiro mientras coloco mi mascara de Freya y salgo del baño para seguir limpiando como una idiota que parece que jamás fue venerada por más de cinco mil soldados luego de regresar de Irak, al recibir una de las medallas más importantes que puede otorgar la milicia francesa y la que me dejo como la próxima promesa Jerárquica. Me otorgaron la maldita medalla de Orden Nacional del Mérito y me fue entregada por una de las cabezas con más poder sobre el mundo. Pero no parezco esa mujer ahora mismo, solo soy alguien que va a recibir un tiro en la cabeza por no poder poner a su apellido ni a su tropa en lo alto. Que no va a convertirse en leyenda, haciendo que la palabra Survivors pierda completamente el sentido. Si no consigo completar mi plan mis años de entrenamiento, mi sufrimiento, mis sacrificios y mi exigencia no van a valer nada.

Camino hasta llegar a la entrada principal en donde los Dioses yacen al final y en medio de las escaleras del más lujoso mármol comienzo a seguir lustrándolo como si le hiciera falta, cuando puedo ver mi propio reflejo en él. Intento mantener mi mente serena y repetirme en base a gritos internos que las cosas saldrán bien y que por fin podré obtener por lo que llevo tantos años luchando. No pienso desistir y rendirme como una maldita cobarde, porque en mi camino hasta aquí se perdieron muchas vidas, incluida la mía, por lo que no pienso permitir que luego de todo eso no pueda obtener justicia.

No puedo perder mi puesto, ni hundir a mi Élite, no pienso dejar que mis amigos mueran aquí y que Carlo me termine por rematar a mí. Eso no está dentro de mis opciones.

Pensé que luego de la mirada de Adriano todo cambiaría y las cosas por primera vez en la vida se pondrían por completo a mi favor, pero solo fue una simple ilusión que duró tan solo un instante. Ni siquiera darles la solución a una de las incógnitas que tenían fue suficiente como para estar un poco más cerca de su tan proclamada divinidad celestial, que aunque para mí me resulte una de las mentiras y estupideces más grandes, la necesitaba para mejorar mi estrategia y ganar el juego.

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