Capítulo 27

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13 de octubre del 2016

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13 de octubre del 2016.
Sicilia, Italia.

"La nuova regina è stata proclamata"

Me paré firme mientras una mujer terminaba por arreglar mi cabello en suaves ondas dejando su color en su mayor esplendor, mientras que yo solo inflo mi pecho intentando guardar la emoción que me carcome y quiere nublar mi calma y razonamiento, porque aunque deseo gritar de alegría al pensar que ya tengo todo en mis manos, sé que debo de ser firme a mi perseverancia y estar preparada para cualquier adversidad que se me presente, ya que aunque voy a más de la mitad del recorrido, aún queda mucha historia que contar.

—Señorita, ya está lista—avisó la mujer de unos cincuenta, mientras las dos mirábamos mi reflejo en el espejo.

A través de ese reflejo pude ver algo que en meses no apreciaba y hasta quizás me resultó demasiado extraño verme de esa manera. Mi horrible y ridículo traje de sirvienta había sido reemplazado por un vestido completamente blanco corto y pegado al cuerpo, pero con magas largas y translúcidas, junto con unos tacones altos con cintas del mismo color del vestido.

Pero eso no era todo, porque esta mujer que llegó demasiado temprano para mi gusto, había colocado un maquillaje demasiado sutil en tonos tierras y un ligero brillo en mis labios, queriendo darle a mi rostro y cuerpo un aspecto angelical y delicado, pero mi aura de los mil demonios difícil era de ocultar, tenía una energía demasiado oscura que ni con la mejor magia y mano se podría transformar en algo claro y celestial. Tenía vibra demoníaca y no solo doy impresión de algo malicioso por mi cabello más rojo que el mismo fuego, si no por mi esencia y clara rebeldía contra la vida. Jamás podría ser un ángel cuando me crié entre demonios con sed de sangre.

—Iré a avisar al Señor Giordano que está preparada—finalizó mientras se comenzaba a alejar para ir a la puerta—con su permiso me retiraré y al volver podrá salir.

Dijo teniendo bien en claro las indicaciones que le dieron y yo solamente pude asentir, ocasionando que finalmente se vaya de la habitación nueva que me habían dado, la cual era mucho más grande y amplia que la anterior, claramente llena de cosas de valor y completamente inútiles. Me resultaba hasta asqueroso el hecho de tener una mansión de este porte, sabiendo que de las cien habitaciones que puede haber solo deben utilizar diez.

Suspiré mientras recordaba esas palabras que hace minutos esa mujer había pronunciado y es que realmente me era inevitable no sentirme extraña ante una palabra tan sencilla como lo era señorita, porque aunque toda mi vida me han llenado de palabras y aludidos como soldado, agente, superior e incluso próxima Jerarca, hace meses que nadie me trataba de esa forma, solo suelen decirme perra, sirvienta de mierda o incluso inútil sin causa, hasta la forma de llamarme de Hades era la que más se alejaba de un insulto, ya que nadie aquí me tenía respeto. Pero todo cambió en estos días y hasta me resultaba molesto en el fondo, sabiendo que solo porque su amo lo profetizaba debían de tenerle respeto a alguien y quizás no lo entendía, ya que yo me crié es un ambiente donde el respeto lo es todo y no lo obtienes de la noche a la mañana, te toma años ganártelo y que te tomen en serio e incluso a mí a veces no me tienen respeto luego de todo lo que he hecho. Me resultaba tan patético que esta gente sienta respeto por una persona cuando solo alguien lo dispone y no porque realmente lo sientan.

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