Capítulo 10

815 54 0
                                    

18 de septiembre del 2016

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

18 de septiembre del 2016.
Sicilia, Italia.

"Tentazione Italiana"

Mantengo mis ojos abiertos a pesar que estos arden y ruegan por cerrarse, pero no puedo bajar la guardia, tengo que estar alerta ante cualquier cosa que pueda suceder. No hay paz, solo persevera la guerra. Estos hijos de puta no nos dan tregua, van una por una rompiéndonos cada segundo un poco más.

Un mes llevamos aquí y ya entendí el peso de las palabras. Realmente es preferible la muerte a que la vida en circunstancias como éstas.

Me abrazo a mí misma mientras trato de no desfallecer a la vez que miro la celda en las que nos encontramos las cuatro, una más destruida que la otra y todas con diferentes heridas. Eligieron una para cada una, aunque en ocasiones vamos rotando tienen una favorita.

Fiorella está con la mirada baja mientras se esconde en la esquina de estas cuatro paredes, como si se avergonzara de todas las cosas grabadas que tenía en su piel hechas a base de armas blancas. Parecía un cordero mordido por un lobo.

Gaia lloriqueaba cada que se movía, ya que todo su cuerpo estaba repleto de quemaduras de segundo grado, por lo cual su piel estaba roja, hinchada y repleta de ampollas que se veían que ardían un infierno.

Me abracé todavía más a mi cuerpo desnudo mientras oía los gritos de Chiara de fondo. A ella le practicaban una técnica llama waterboarding, que consiste en colocarla en una tabla bocarriba para luego cubrirle la cara con un paño y así verterle agua podrida, orina u otros líquidos sobre la boca y nariz dando la sensación de ahogamiento, pero que en realidad nunca llega, dándole una constante tortura.

Y a mí me perturban con simultáneos latigazos de todo tipo; con pinchos y púas, con fustas o mi peor pesadilla, el gran llamado flagrum, un látigo de cuero trenzado que en las puntas contiene bolas de acero y trozos de huesos de mujeres que murieron aquí abajo, como si cada latigazo fuera un recordatorio de que mis huesos terminaran en uno de esos sentenciando a otra mujer al dolor.

Es una tortura constante y una agonía, porque mis sienes palpitan, mi cuerpo está tan cansado y lastimado, mi cabeza pesa y solo puedo escuchar gritos que me aturden, aunque todo esté en silencio.

Todas sufrimos por latigazos, quemaduras, ahogamientos y puñaladas, golpes, humillaciones y desprecios como si no valiéremos nada, pero trato de guardar la calma y ser perseverante, aunque en eras como estas parezca imposible, porque aunque sea una mujer fuerte ruego por salir de aquí y comenzar la siguiente fase, aunque no estoy del todo segura como la estarán pasando ahí arriba Lorenzo y Ethan, de los cuales no tengo la menor idea de si siguen con vida, si los mataron porque fallaron o los descubrieron ocasionando que a nosotras también y así dejarnos pudrir aquí. No lo sé y eso me consume, pero no pienso perder la fe cuando sé de qué estamos hechos, pero en instantes es casi imposible no pensar en lo que pudo salir mal, aunque no sepamos las estadísticas.

Vendetta © [+21] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora