Capítulo 49

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24 de diciembre del 2016

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24 de diciembre del 2016.
Sicilia, Italia.

"Vendetta"

Parte I

De mí salió un suspiro casi inaudible, pero me pareció casi ensordecedor, como si nada más existiera. Mi cuerpo estaba adolorido, pero no tanto como mi cabeza, porque la imagen que se proyecta a través del cristal solo me da náuseas y unas arrasadoras ganas de acabarlo todo.

Soy incapaz de entender el caos a mi alrededor, los pasos de acá para allá o incluso los reclamos sobre mi maquillaje o vestido. Solo me mantengo seria, suspirando y preparando mi cuerpo para lo que pasará en horas, pero a pesar de que trato de mantener mi sangre caliente y mi mente fría algo dentro de mí no puede calmarse, como si una bestia quisiera liberarse y actuar por sí sola. Como si no supiera qué hacer y demonios internos quieren cosas tan distintas, pero yo tengo una misión, un propósito y no puedo atentar contra eso. Necesito acabar con el enemigo, por más que mi corazón grite que frene toda esta locura que me dejará aún más en ruinas.

Observé a las mujeres terminándome de preparar y eso me tranquiliza, ya que exigí que empezarán antes para tener un rango de tiempo antes que empezara la boda y finalmente ejecutar el plan como estipulamos con mi Élite y con los Survivors, incluso antes de que los Sfumature se contacten con Hades para las indicaciones y me jodan la puta cabeza. Estoy contra tiempo y si me atraso un puto segundo, mis sesos volarán por toda Italia.

Finalmente, luego de horas y horas de preparación donde fui una maldita muñeca una mujer de unos cuarenta y tantos años me coloca aquella tiara Henckel Von Donnersmarck de millones de euros sobre la cabeza, terminando por fin conmigo.

—Mi señora, por fin está lista y reluciente para la boda—sentenció con la mirada en el suelo y haciendo una reverencia—cinco minutos antes de lo acordado, mi reina.

Yo asentí complaciente ante eso y observé mi cuerpo delante del espejo, mientras llegaban a mí recuerdos que me repugnaban completamente, porque involucran gente muerta. Mi cuerpo estaba enfundado en un largo vestido blanco lleno de pedrería, con mangas caídas y un corte de sirena que acentuaba mis curvas, además mi cuello estaba rodeado en un hermoso collar de esmeraldas y oro blanco, el cual combinaba perfectamente con la tiara sobre mi cabeza. Toda mi apariencia era la de una Diosa Siciliana preparada para la boda del año, solo que yo era una guerrera francesa que estaba lista para la contienda del siglo.

—Perfecto, pueden retirarse—exigí antes de perder más tiempo y aunque dudaron, ante mi intensa mirada terminaron por asentir.

—Como usted lo ordene, mi señora—se comenzaron a retirar, pero antes de salir pronunció algo más—espero que tenga un matrimonio próspero y duradero.

Al terminar se retiró y aunque mis ojos estaban pegados al espejo sin querer apartarlos, rápidamente saqué esas ideas estúpidas de mi cabeza y comencé a sacarme ese puto vestido blanco que tanto asco que causa. Sí, sólo me produce asco. Debo de centrar mis objetivos y entender porque estoy aquí.

Vendetta © [+21] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora