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Capítulo 24

4 de octubre del 2016.
Sicilia, Italia.

"La decisione è stata presa"

Me mantengo firme en mi posición mientras trato de tener todo bajo control y en la palma de mi mano. Detesto perder el poder en las situaciones y no lograr manejarlas a mi antojo.

Yo nací para el control y al más mínimo índice de desorden mi cordura se va por el caño.

Tengo los nervios disparados y seguramente me va a agarrar un infarto ante tanta presión que hay en mi cuerpo.

Porque sucedió lo inevitable, Zeus finalmente trajo a mi territorio a nada menos que Nikolay Kozlov, quien era el puñetero Boss de la mafia Roja y líder de la monarquía rusa Y no solamente fue a Moscú a secuestrarlo, si no que lo hizo frente a toda su gente sin importante nada, dejándose completamente expuesto a él y a toda nuestra gente, para luego matarlo con una maldita katana elaborada por los Yakuza y con la cual los Survivors asesinaron al maldito Oyabun.

Zeus tomó todo como si fuera un maldito juego y lo peor no es solamente eso, es que Adriano lo apoyó dejándome cada segundo más confundido, porque no tenía sentido arremeter contra él sabiendo que ahora todos se nos vendrán encima. El tratado G.R.A.Y se quebró luego de tantos años y eso nos perjudica a todos.

Suspiro y dirijo mi mirada directo a Adriano que está detrás de nuestro Hacker, el cual está trabajando en buscar el punto exacto de donde provienen las coordenadas del collar de cabeza de león que mi tío tiene entre sus manos y que no suelta desde que aquella mujer se lo dio. Inevitablemente una ráfaga de un sentimiento extraño me revuelve las entrañas al recordar a esa mujer decodificando el acertijo como si de un juego de niños se tratase, pero lo que me hacía hervir la sangre es que pudo descifrar algo que yo no pude, porque solo estaba enfocado en que cojones sucedería luego de toda esta mierda. Me negaba a creer que ella logró hacer lo que yo no.

Freya por miedo puedo entender el mensaje y a mí realmente no me importan los secretos rusos a pesar de saber el peso que tienen, solo quiero que mi imperio sobreviva a la próxima masacre que se acerca, pero al parecer nadie se percata de ello, ni siquiera Adriano, el cual sin medirlo le dedicó una maldita mirada de respeto. Una mirada que jamás me dedico a mí. Pero eso no me importaba, solo me podía enfocar en que Adriano no le daba esa mirada a cualquiera y menos cuando toda su vida se alimentó del ego que le creaban las grandes cabezas y el pueblo ante su coeficiente, incluso se alimentó el orgullo cuando mi abuelo Donato lo proclamó frente a Italia entera Il Genio y su mayor orgullo, dejando a la sombra a Angelo una vez más.

Adriano no se impresionaba con cualquiera y menos de esa manera.

—Señores Giordano, ya pude dar con el lugar exacto de las coordenadas 10.32389, 107.08917—avisó nuestro experto en tecnología y Adriano me miró a los ojos—Las coordenadas nos llevan directo a Vietnam, más concretamente a una pequeña isla del sur que esta en la ciudad portuaria de Vũng Tàu.