Capítulo 40

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30 de noviembre del 2016

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30 de noviembre del 2016.
Sicilia, Italia.

"uomo di ferro e fiori"

Con tranquilidad me pasaba mis manos por el rostro mientras veía cómo por fin luego de estar horas intentando que durmiera conseguí hacerlo, aunque la droga en su sistema dificulto el proceso pude hacerlo.

Veo a Zeus tirado en su cama con su brazo rojo en la parte interna del codo, al haber estado horas con una jeringa en ese sitio pasándose de alucinógenos, haciéndome suspirar cansado. Esto me estaba comiendo la cabeza de una forma horrible y todo está tan mal últimamente que me producen muchas ganas de llorar, ya que siento que jamás podremos salir de aquí.

Con cuidado coloque una cobija sobre el gran y robusto cuerpo de Zeus sintiendo pena, mientras comienza a murmurar perdones y más perdones hacia una mujer que supongo que era su madre por la forma en la que se refiere a ella, mientras se pone en posición fetal como un niño teniendo miedo, cosa que me genera un malestar. No compadezco a Zeus ni justifico todo el mal que hace a diario, porque me parece tan cruel, pero quizá lo veo de una perspectiva diferente, ya que yo conozco esa mirada en el hermano del medio de los Giordano, porque yo tenía una igual y aunque jamás pensarían traicionar a mi Élite o a mis propios principios, no creo que Zeus sea una carga, solo pienso que fue un niño altamente dolido y escapa de su dolor mediante la droga y dañando a todos para intentar sanarse, solo que no sabe que eso jamás sucederá.

Me dirijo a la puerta de la habitación de Zeus para salir con sumo cuidado, mientras en mi mente llegan los recuerdo de mi infancia, en un buen suburbio de París donde mi niñera me cuidaba y daba un amor impensable, era muy feliz con ella, aunque cuando tenía que irse y dejarme con mis padres ese era el suplicio eterno. Suspiro lleno de dolor, mientras mi corazón duele ante esas heridas que aún intentan ser cicatrices.

Camino cansado, triste y hastiado por los pasillos de esta gran mansión hasta llegar a una parte baja y triste de esta, para así entrar en esa habitación de dos por dos, con dos camas únicamente, aunque ahora una quedó vacía. La observo por un tiempo, mientras más dolor llega a mí y me recuesto en la otra intentando ser fuerte por mi Élite.

Desde que tengo memoria la vida jamás fue justa, pero últimamente parece querer recordármelo cada instante.

Estar aquí me trajo recuerdos que hace mucho intenté olvidar, principalmente esos donde mis padres adoptivos me sacaron de ese orfanato para ir con ellos, creí por mucho tiempo que había encontrado a mi familia. Tenía amor, todo lo que quería y era feliz, hasta una noche luego de cumplir ocho años, me pidieron que los acompañe a su habitación y empezaron a decir que querían jugar conmigo al doctor y yo pensé que sería algo divertido, pero cuando todo comenzó solo podía gritar y llorar ante tales dolores y malestares. Esas noches fue en las que deseé morir junto a mis padres biológicos en el accidente de tránsito en el que murieron, ya que esos abusos fueron mi tortura por años.

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