Capítulo 46

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2 de diciembre del 2016

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2 de diciembre del 2016.
Sicilia, Italia.

"test finale"

Mis manos no se quedaban quietas ni mucho menos mis piernas, las cuales se movían en un movimiento frenético que recorrían de punta a punta la oscura y fría habitación de Hades Giordano. No entendía qué estaba pasando y aunque mi interior me grite que estaré bien, que no me dejaré joder una vez más y que luego de todo lo que pase en esta vida no hay cosa que Hades pueda hacerme para lastimarme aún más, una parte tan pequeña en mí teme, porque sé de lo que es capaz simplemente para alimentar ese ego y soberbia con la que siempre acarreo.

Estaba tranquila en la habitación en plena soledad cuando el mayor de los hermanos entró en ella, creí que para unos de sus discursos de ser supremo pero eso jamás sucedió, en cambio sólo proclamó con su voz seria que hoy tendría finalmente mi última prueba, pero lo que me dejó en suspenso fue lo que sus ojos reflejaban, en ellos había ansias, desespero, ganas y podría jurar que seguridad, como si todo esto estuviera bajo la palma de su mano y eso generaba conflicto en mi interior, porque luego de su catastrófica escena llena de dolor y vulnerabilidad no sabía qué esperar de él, porque al demostrarse tan roto delante de mí solo puedo pensar que me enseñará su lado más oscuro, para contrarrestar aquello que jamás debió de salir a la luz. Debía de enseñarme que aún tenía el poder y que solo era de su propiedad, que podía manejarme a su maldito antojo.

No sabía exactamente qué esperarme ni qué imaginar, no tenía ni idea de lo que haría conmigo, pero sabía que no era nada bueno y menos cuando aquel ser soberbio y altanero busca mi más mínimo fallo para matarme, porque por más que tenga al pueblo italiano y a Adriano de mi lado, aún había dudas atravesando los iris de Hades y no pararía hasta saciar esas dudas y de cerciorarse de que yo no lo traicionaría, pero pobre de él, porque aunque deba de destrozar al mundo o de hacerme polvo para que confíe en mí, lo haré, no obstante, será para nada en realidad, porque Hades Giordano morirá en mis manos, por más que mi alma se regocije en pena gritando lo contrario.

Pero de repente, mis pensamientos se nublan cuando tres toques en la puerta acuden a mi llamado, por lo cual poniendo mi alma, corazón, mente y cuerpo a la vida, me acomodo mi vestido magenta de mangas largas y de caída para salir de la habitación donde un antonegra esperaba por mi salida.

—Señora Giordano, el Rey espera por usted abajo—me indicó y solo cuando asentí comenzó con su rumbo.

No podía escapar de lo inevitable, debía de estar segura y no temblar a la hora de realizar esto, después de todo, si esto sale bien, todo estaría bien. Pasé por los calabozos, por la dictadura que es estar aquí dentro y pasé por manos rusas que aún queman en mi piel, esto no podrá conmigo. Sin importar que tan duro, difícil o doloroso sea a lo que me enfrente, necesito hacerlo antes de la boda, necesito ganarme toda su confianza para poder destruirlo de la forma que más anhelo, además de que no puedo seguir perdiendo el tiempo cuando la boda está a la vuelta de la esquina y la única posibilidad de comunicarme con los Survivors ya la gaste, ellos actuarán según lo informado por lo cual no puedo fallar en estas instancias.

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