Capítulo 03

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26 de Julio del 2016

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26 de Julio del 2016.

Francia, París.

"Dio greco contro Dea nordica"

Mi respiración cada vez se va acelerando más y más junto a mi corazón, a medida que voy subiendo y bajando.

En mi cabeza están pasando miles de escenarios unos tras otros, un sin fin de posibilidades de lo que podría ocurrir. Sobrepaso cada mínimo detalle, procurando que no se me escape nada.

Mis brazos comienzan a doler mientras suspiro ruidosamente por la boca, sé que no podré aguantar mucho más.  Subo y bajo en un movimiento conciso al igual que repetido, mientras siento cómo mis músculos se empiezan a contraer demostrando que ya no podré soportar mucho más.

Siento como el sudor recorre mi espalda y frente, mis extremidades están tensas al igual que adoloridas, entonces decido soltar mis manos de aquella barra de metal en la que llevo haciendo dominadas hace más de una hora. Me alejé un poco para agarrar mi botella de agua y beber de ella, mientras siento como mi pecho sube y baja violentamente.

Agarré una toalla para quitar el sudor de mi frente y luego así colocarla en mi cuello, mientras miro todo mi alrededor en la sala de entrenamiento. Hay al menos una decena de Agentes entrenando duro, ya que en este trabajo tenemos que estar siempre en forma, no podemos descuidarnos de ninguna manera posible, tanto físicamente como mentalmente, necesitamos estar capacitados para correr por el amazonas tres días seguidos sin descansar o para soportar torturas de criminales y no soltar ni una sola palabra que pueda perjudicar a la organización.

Observé la enorme sala de techos muy altos, llena de máquinas para entrenar junto a una pista interna y ring de boxeo, ya que en ocasiones entrenamos peleando.

Estaba por seguir con lo mío, pero unas risas llamaron mi atención por completo. Me giré hacia donde provino el sonido y me encuentro con un grupo de chicas, mirando a mi dirección con burla y gracia a la vez. Seria las mire directo a la cara, intentando encontrar quienes eran, pero no tenía ni la más mínima idea.

Una de ella me desafío con la mirada creyéndose superior y eso tan solo me creo un gusto amargo en la boca, pero entonces se me cae la ficha, son las nuevas reclutas que trajeron el día de hoy desde la sede de Canadá y seguramente están pensando que tienen algún poder o experiencia, pero en mis filas no eran más que pequeñas niñas con aires de grandeza.

Una sonrisa ladeada apareció en mi cara sabiendo que a esas chicas las debería estar entrenando Smith, pero no lo veo por ningún lado. Seguro está haciendo cualquier estupidez en vez de enseñarles a tener respeto por quienes tienen un mayor cargo que ellas, porque tan solo son agentes de la categoría uno y yo estoy en la más alta, la número tres.

Sin dudarlo me acerque a paso firme a ellas, mientras me miraban por completo con la ceja enarcada. Cuando por fin me encontré frente a las tres castañas y dos pelinegras esperé firme y con la mirada en alto un saludo militar que nunca llegó, ya que tan sólo hubo pequeñas risas que a mi me hicieron hervir la sangre y lograron que los demás agentes que estaban en la sala frenen sus entrenamientos mirándolas como si estuvieran locas. Y sí, claro que lo estaban por hacer semejante sandez.

Vendetta © [+21] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora