Capítulo trece

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Kinn salió de la ducha y se encontró a su hermano menor mirando por la ventana de la habitación, con la cabeza entre sus manos.

Este suspiró con resignación y a continuación se acercó para darle una palmada en la espalda.

...-Oye, no te aflijas más. Si nos tenemos que ir nos iremos. Se lo explicaremos a Tankhun y él tiene que entender.

-Es un mafioso, hermano. Seguro nos eliminará a la primera de cambio y luego la tomara con el negocio de papá.

-Puede que solo nos de un toque de atención. El señor Pond debe saber que sus hijos no son fáciles, sino no nos habría contratado.

Kim resopló con frustración.

-Es que no solo es eso. Me preocupa lo que pueda hacerle su padre.

-En eso sí no puedes meterte. Es un problema familiar, ¿Me oyes?, No puedes pretender evitar que castigue al chico.

-Si lo sé pero eso no evita que me hierba la sangre de solo pensar que pueda ponerle un dedo encima.

El mayor de los hermanos caminó hasta el armario y cogió ropa limpia para ponerse.

-Si que te ha dado fuerte. Creí que dijiste que lo tuyo no era el amor y esas ñoñerias.

-Si, si ya sé lo que dije- protestó Kim girandose y mirando a este- la verdad es que todavía no entiendo lo que me pasa con Porchay. Ni siquiera es de mi tipo. Yo nunca me había fijado en alguien tan joven y mucho menos con alguien que me hiciera sentir esto.

Kinn iba a decir algo pero entonces unos toques se escucharon en la puerta, así que fue a abrir.

-El señor Pond y la señora Koney quieren hablar con Kim en el despacho- habló Ken.

Ambos hermanos se miraron con preocupación y acto seguido el más joven salió.

-¿Qué es lo que has hecho?-Le preguntó el veterano escolta-el jefe está furioso y antes de llegar ha estado gritándole a la señora por teléfono.

-Ya te enterarás.

Finalmente elos guardaespaldas llegaron ante la puerta del despacho, donde se escuchaban voces de ambos cabeza de familia.

Ken tocó y a continuación abrió.

-Señor... Kim está aquí.

El menor de los Theerapanyakul entró, encontrándose a Pond sentado en su sillón y a un loroso Porchay abrazado a su madre.

-Pasa y cierra la puerta.

-Si, señor.

-Bien, al parecer hoy casi secuestran a mi hijo y he tenido que enterarme por mi contacto en la policía- comenzó hablando el mafioso.

-Si, señor así es- respondió Kim mirando a este.

-Entonces, ¿Se puede saber qué pasó?

-Es todo mi culpa, señor. No estaba en la puerta del instituto para recoger al señorito Porchay. Asumiré las consecuencias y por lo tanto presento mi renuncia.

4. KimPorchay: Guardaespaldas de un niño rico (KinnPorsche) TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora